IMPULSO/ Marco A. Rodríguez Blasquez*
En tres anteriores entregas para Diario IMPULSO, me he referido al tema Trump: en el primer artículo, que data antes de las elecciones en Estados Unidos, expuse la hipótesis con análisis sustentados del porqué el presidente Peña le había apostado al candidato republicano; en el segundo artículo, posterior a las elecciones, mencioné que uno de los ganadores colaterales había sido el Presidente de México y que, seguramente, su compacto equipo de Los Pinos estaría negociando acuerdos previos que en un futuro mediato quedarían insertos en la agenda binacional. En la tercera entrega, sugerí cerrar filas en torno a México y a su Presidente articulando la participación de los diferentes sectores productivos, las instituciones y la sociedad civil en lo que podía denominarse un “acuerdo nacional”. Hasta aquí mis comentarios anteriores, importante citarlos para darle continuidad al análisis.
Ahora, a unos días de que tome posesión Trump, prevalece la incertidumbre en cuanto a la actitud que asumirá ya siendo presidente en funciones, lo que genera un alto nivel de pesimismo entre los distintos sectores económicos, políticos y sociales del país. Las cúpulas empresariales, CCE y COPARMEX, prevén para el 2017 un decremento en la economía de 2.4 a 2.0 y hasta 1.8 sin tener aún claro los escenarios en el futuro mediato sobre la situación económica, las tasas de interés y la inflación. Los economistas, tanto del Gobierno como de la iniciativa privada, deben actuar cautelosamente y ser sumamente objetivos antes de proporcionar cualquier proyección para el 2017.
Por ello, me di a la tarea de continuar con el análisis de los diferentes posicionamientos del equipo de transición, así como de los eventos recientes que se han dado en nuestro país y en EE.UU., considero que todas aquellas plumas que continúan dibujando una situación de caos para el país se equivocan nuevamente. Expongo el porqué de esta aseveración:
1.- La ronda 1.4 en donde fueron adjudicados ocho de los diez campos en licitación para explorar y explotar en aguas profundas, vendrá a detonar una inversión de 41,000 millones de dólares, sin que esta cantidad salga del Gobierno o de Pemex. Esto viene a confirmar las oportunidades que ofrecen en México a la inversión extranjera y la confianza de empresas trasnacionales de asociarse con Pemex.
2. Las declaraciones ante legisladores estadounidenses de uno de los principales asesores de Trump, Anthony Scaramucci, de la “gran relación de Trump con Peña”. Mencionó: el Presidente electo de los EE.UU. pretende adecuar el TLC, no eliminarlo.
3.- El “calambre”, y así hay que leerlo, del vicepresidente electo, Michael Pence, de que México pagará el muro y esto lo incluiría en las negociaciones del TLC, argumento que, al paso de los días, ha disminuido su intensidad. Recordemos que tres partes del muro ya están construidas.
4.- El rechazo de organizaciones civiles, jóvenes universitarios y los alcaldes de las tres ciudades más importantes por su población de inmigrantes como: Nueva York, Los Ángeles y Chicago, quienes han afirmado que no acatarán las políticas discriminatorias contra sus residentes.
5.- El equipo de Trump, experto en comunicación política y estrategia mercadológica, manipula a su conveniencia una doble retórica, por un lado, “se endurece” y, por el otro, “suaviza”. Esta estrategia del equipo ganador que le ha dado resultado y sin duda continuarán utilizando, pero de ahí a que lo expresado por el equipo de transición, dista mucho que se lleve a la realidad debido entre otros factores a los equilibrios políticos y económicos existentes en ese país.
Así las cosas en vísperas que tome posesión Donald Trump de la presidencia de los Estados Unidos.
*Director de BGC Consultoría Estratégica.
