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Bahréin
En la 37º reunión del Consejo de Cooperación del Golfo (CGG) en Manama, Bahréin, la primera ministra británica, Theresa May, expresó su interés en empezar a construir un ”nuevo capítulo audaz” en la cooperación con los países árabes del golfo Pérsico, tras la salida de Reino Unido de la Unión Europea.
En un extenso discurso ante los representantes de Arabia Saudita, Bahréin, Kuwait, Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Omán, las 7 monarquías que integran el CCG, que realizaron en Bahrein su 37 cumbre ordinaria, May señaló que existen preocupaciones y desafíos comunes para Londres y esta zona, tanto económicos, políticos y comerciales como de seguridad y lucha antiterrorista.
Gran Bretaña busca desarrollar forjar un vínculo estratégico, “Quiero que estas conversaciones preparen el terreno para un ambicioso acuerdo comercial”, aseveró la mandataria.
La mandataria británica prometió afianzar la colaboración militar con los seis países árabes y trabajar para contrarrestar las ‘acciones agresivas regionales de Irán’, y ofreció una inversión de más de 3,8 mil millones de dólares en gastos de defensa en esta región en la próxima década.
Señaló que si enfrentan el terrorismo de Al-Qaeda o los asesinatos bárbaros del DAESH, nombre árabe de Estado Islámico, ningún país es un socio más comprometido para el CCG que el Reino Unido, cuyos militares -acotó- arriesgan sus vidas en Iraq y Siria dentro de la coalición internacional.
La jefa de gobierno esbozó las perspectivas de su país tras la salida de la Unión Europea (UE) y aseguró estar determinada a aprovechar la oportunidad para ‘salir al mundo y configurar un rol global aún mayor’ para Gran Bretaña, pero sobre nuevos conceptos o visiones.
Con información de El País y Prensa Latina
