IMPULSO/ Carlos Ravelo Galindo
Nadie los quiere
“Ningún partido político ha salido libre de corrupción, por eso, la población los desprecia y coloca en el mismo casillero de la ignominia”, no es frase nuestra, lo leímos el domingo en el semanario Desde la Fe, que edita la Arquidiócesis de México.
Y va más allá cuando reconoce que, después de los recientes scándalos de los gobernadores corruptos, debe revisarse la conveniencia de la revocación de mandato.
Lo hace exactamente al tiempo que el Tricolor recibió en pleno al “bebesaurio mayor” y a sus jóvenes adláteres (incondicionales) que encabezan su sexto consejo político, que designará, dicen, candidatos para el 17 y el 18.
En ese editorial, se indica que la corrupción es el mal lacerante que agobia a México. “Y sostiene que, en el contexto de la transición de poderes, las irregularidades salieron a flote para conocer los gravísimos delitos de quienes solo pueden ser definidos como gobernadores feudales. Déspotas y absolutistas, que se creyeron dueños de los estados para beneficiarse a sí mismo y a sus amigos, al crear redes de nepotismo y criminalidad al amparo del poder desmedido”.
Ello, sostiene la Arquidiócesis de México, evidencia el fracaso del sistema federal de contrapesos. Porque una vez que la alternancia política fragmentó la hegemonía del partido único, los gobernadores tuvieron la mesa servida para dominar absolutamente.
“Su megalomanía, su avaricia enfermiza y su indolencia ante la pobreza extrema de sus gobernados los llevó a cometer abusos de todo tipo, sin que la autoridad federal –conocedora de sus actos delictivos— pusiera un freno a sus excesos. Excesos de ambición que ahora tendrán que pagar y seguir su pago por décadas los ciudadanos a los que debieron servir y no explotar y expoliar, como impunemente lo hicieron”.
Luego de recapacitar sobre este loable comentario de la Iglesia Católica, en “tiempos laicos”, podemos, debemos, hacer algún comentario, porque no todos los días son fáciles.
Soñemos y oremos tan fuerte como podamos… aunque sabemos que no todos nuestros sueños se hacen realidad, ni tampoco todas nuestras oraciones reciben respuesta.
Sin embargo, incluso en estos momentos difíciles debemos encontrar la fuerza dentro de nosotros para seguir adelante.
Inspirado por este poema que enseguida leerás, te animará a no rendirte y a no desistir de tus sueños.
He soñado, en verdad, muchas cosas que nunca se hicieron realidad.
Parece que se desvanecieron al amanecer. Pero eso sí vi muchas cosas en mis sueños y me hicieron querer seguir ¡soñando!. Sí, es un gerundio, el que nunca usamos.
Pero hoy, contra nuestra costumbre lo haremos en “Sigue Adelante”. En respeto y concordancia al autor anónimo de este verso.
“He rezado muchas oraciones aún cuando no obtuve respuesta, pero si llegaron a muchas de mis plegarias y me hicieron querer seguir rezando.
“He confiado en algunos amigos que me fallaron y me dejaron llorar solo. Pero encontré en muchos de ellos la amistad verdadera y me hicieron querer seguir confiando.
“He sembrado muchas semillas para alimentar a los pájaros. Sostuve muchos tallos en mi mano y me hicieron querer seguir sembrando.
“He vaciado la copa de la decepción y el dolor y pasaron muchos días sin canción. Pero de las rosas probé el néctar de la vida y me hicieron seguir viviendo”.
(Debemos explicar que el gerundio es un derivado verbal que hace oficio de adverbio. Expresa coexistencia o anterioridad inmediata. Saber usarlo es de sabios Y perezosos. Por eso recomendamos respetarlo porque, en muchos casos, destruye la prosa). [email protected]
: He rezado muchas oraciones aún cuando no obtuve respuesta, pero sí llegaron a muchas de mis plegarias y me hicieron querer seguir rezando.