Agosto 15, 2024
Clima
18°c Máxima
18°c Mínima

Opinión

IMPULSO/ Amy Glover, colaboración especial

Brasil y México, una relación pragmática

México y Brasil son países muy distintos y con filosofías comerciales opuestas, pero aún así existe la posibilidad de encontrar sinergias en beneficio mutuo.

Hay que celebrar el hecho de que la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, venga a México en búsqueda de nuevas oportunidades comerciales, mientras que México explora cómo fortalecer los lazos con la economía más grande de América Latina. 

El canciller José Antonio Meade subrayó que ambos países buscarán expandir acuerdos para promover el comercio y la inversión, y aumentar el turismo, sin abrir la puerta a una negociación más amplia de un tratado de libre comercio. Bienvenido sea el pragmatismo. 

Hoy en día el intercambio comercial entre Brasil y México es del orden de 2 mil millones de dólares, menos del 1% del comercio total de México. ¿Por qué tienen una relación comercial tan limitada si los dos son poderes económicos en sus esferas de influencia? Porque son competidores con visiones muy distintas. Brasil no es un exportador importante a nivel global, como lo es México, y sus exportaciones representan alrededor de 12% de su PIB mientras que en el caso de México las exportaciones representan 32%. 

México tomó la decisión de abrir su economía hace dos décadas y las exportaciones se han convertido en un motor de su economía. Brasil, por su parte, mantiene su economía relativamente cerrada y con un alto grado de complejidad burocrática para las empresas. En el Doing Business 2015 del Banco Mundial, el cual mide la facilidad para hacer negocios en 189 países, México está en la posición 39, mientras Brasil ocupa el lugar 120. 

Algunos mexicanos tienen la impresión errónea de que a Brasil le va mejor que a México en términos económicos. Al haber abierto su economía e iniciado una serie de reformas internas necesarias para flexibilizar la economía, México tiene una clara ventaja competitiva sobre Brasil, particularmente en el sector manufacturero. 

El desafío que enfrenta México en su relación comercial con Brasil es el hecho de que el país sudamericano ve al comercio como un juego de suma cero: si no tiene un superávit en su balanza comercial, algo está mal. Una clara muestra de la reticencia brasileña para ofrecer condiciones iguales a sus socios comerciales es el acuerdo entre los dos países en el sector automotriz. A principios de 2003, México y Brasil llegaron a un acuerdo para la libre importación de vehículos ligeros y todo iba bien hasta que el superávit de Brasil se convirtió en déficit en 2010. Dos años después el gobierno brasileño exigió negociar cupos, o de lo contrario se retiraría del acuerdo. México acordó limitar sus exportaciones, bajo un acuerdo que debería haber expirado en marzo. Al llegar la fecha de expiración, Brasil pidió extender el periodo tres años. Esta insistencia revela una incómoda verdad para los brasileños. Será muy difícil para Brasil competir en el sector automotriz con México. 

 

Etiquetas:

Dejar un Comentario