IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
Un hombre “de mirar oscuro” visita al doctor para que le ayude a sobrellevar una terrible depresión…
“Nada me causa encanto ni atractivo; no me importan mi nombre ni mi suerte en un eterno spleen (melancolía) muriendo vivo, y es mi única ilusión, la de la muerte”, versa el poema de Juan de Dios Peza, “Reír llorando”.
En las letras del escritor mexicano, el doctor recomienda al paciente asistir al espectáculo de Garrik, pues todo el que lo veía terminaba llorando de la risa. Para sorpresa del médico, su paciente era nada más y nada menos que ese famoso payaso que hacía reír.
Esta es solo una de las muchas caras que la gente desconoce de Ricardo Bell (Garrik), uno de los precursores del circo en México, cuya vida inspira “Señor Clarín”, obra que hace un análisis de la vida de este clown inglés que osciló a través de la delgada línea que vive el ser humano en todo momento: la tristeza y la felicidad.
Aziz Gual protagoniza “Señor Clarín”, como Bell también es payaso y fue contactado por la familia de éste para participar en el montaje de esta obra basada en la vida del inglés.
“En los últimos tiempos ha surgido la necesidad del humor como una forma de esperanza, como un mecanismo de recuperación humana”, reflexiona Gual para EL UNIVERSAL.
La puesta en escena, que se estrena este lunes en el Teatro Helénico, es producida por Camila Villegas, tataranieta del actor Ricardo Bell y dirigida por Ignacio Escárcega, y se centra en el circo que inauguró el británico con ayuda del ex presidente mexicano Porfirio Díaz en 1906: el “Gran Circo Ricardo Bell”.
La historia mezcla algunos pasajes de la vida del clown, enfocados en la difícil relación con sus hijos —tres de ellos parte del elenco formal del circo— hasta su repentina muerte en Nueva York en 1911.
Para Gual hacer este personaje es una experiencia interesante, pues al ser payaso de profesión sabe el legado que Bell dejó para él y muchos de sus compañeros en la actualidad.
“Me interesaba mucho recuperarlo, acercarme a sus familia, investigar, conocer el universo velado que él vivía y saber qué había hecho para llegar a donde llegó”, comenta.
El montaje, que cuenta con las actuaciones de Sebastián Fouiloux, Yoshira Escárrega, Fernando Sánchez Cervantes y Gerardina Martínez, requirió un proceso de recolección de material que terminó en un acervo de 300 páginas, con entrevistas, testimonios y notas, que dieron forma a la historia.
Esto sirvió de inspiración para que le actor se involucrarse dentro del guion, lo que sirvió de inspiración para crear un monólogo dentro de la obra. El resultado es un segmento en el que mientras se maquilla le explica al público las razones que le llevaron a alcanzar su más grande meta: la de ser payaso.
“Lo importante es reflexionar acerca de la trascendencia de Ricardo Bell, sacrificar unas cosas por otras en buscar de trascender, y dejar ideas; a lo mejor no fue el mejor papá, pero era lo que él quería ser”, reflexiona el actor.
Gual espera que la gente reflexione y descubra a través de la obra la importancia de aceptar todas las aristas del ser humano, así como la búsqueda de la misión personal. “Él muere (Bell) pero demuestra que hay una diferencia entre nacer, crecer, reproducirse y morir, y una vida consciente”.