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Egiptólogos españoles descubren un cartonaje de momia

IMPULSO/ Edición Web
Egipto
Del sarcófago apenas quedaba nada, comido por las termitas. Y sin embargo en el estrecho nicho descansaba, perfectamente conservado pero frágil como una cáscara de huevo, un cartonaje ilustrado con bellas imágenes: símbolos solaes, la cobra y las diosas protectoras Isis y Neftis. El equipo de la egiptóloga española Myriam Seco halló esta semana la tumba, datada hacia el Tercer Periodo Intermedio y con su particular huevo de pascua, en el muro perimetral del templo funerario de Tutmosis III en Lúxor, donde excavan desde hace ya nueve años.
«Se llevarán a cabo mayores investigaciones para establecer la cronología de la tumba», ha anunciado hoy Mahmoud Afifi, director del Departamento del Antiguo Egipto en el Ministerio de Antigüedades. Las primeras valoraciones de Seco sitúan la pieza y el enterramiento a comienzos del Tercer Período Intermedio, en torno a los siglos XI o X a.C., lo que correspondería a la 21 o 22 Dinastía faraónica. La tumba sería por tanto muy posterior a la construcción del Templo de Tutmosis III.
«Retrasa tu visita unos días, creo que hemos encontrado algo», escribió Seco a ABC. Según explicó la directora de la excavación, su equipo encontró la tumba mientras limpiaban de arena y piedras el trazado del muro exterior del templo funerario del faraón, de la XVIII Dinastía. Se trataba de una fosa no muy profunda con una cámara adyacente. El deteriorado estado del sarcófago ha impedido que fuera recuperado, mas el cartonaje, una suerte de «funda» que envolvía a la momia y se popularizó a partir del Primer Periodo Intermedio, «se encuentra en buen estado de conservación».
Policromía preciosa para una tumba humilde
Javier Martínez Babón, parte del proyecto Tutmosis III, ha resaltado a ABC la riqueza del cartonaje, que conserva «una policromía preciosa» y que «no se corresponde con la sencillez de la tumba». Según Babón, su calidad apunta a alguien no de la nobleza cercana al faraón, pero con cierta holgura económica. Gracias a los detalles de la pieza funeraria, se han identificado el nombre y el título del personaje, un funcionario «Sirviente de la Casa Real» que respondía al nombre de Amon Renef. Como era costumbre, sobre el cartonaje de lino y otras telas endurecidas se pintaron motivos religiosos y místicos, como los cuatro hijos de Horus, cuyo cometido era proteger las vísceras del difunto.
Para proteger la frágil estructura, el equipo de arqueólogos de Seco la envolvió primero en gasas y luego la acomodó entre espuma. En una operación llena de tensión en la que ABC estuvo presente, dos arqueólogas lograron cerrar un cajón entorno a la momia y el cartonaje, para después extraerlo del nicho.

Una vez rescatada de la pequeña tumba, el equipo español procederá a su estudio. «Sería interesante hacerle un escáner rayos X para observar la momia» en el interior de la pieza funeraria, comenta Seco, además de restaurar el cartonaje para reforzar su integridad.
La tumba, que esta vez ha dado un «interesante descubrimiento» en palabras de Seco, es la número 24 encontrada bajo el Templo de Tutmosis III, donde también se ha descubierto una necrópolis con fosas más humildes u otras dos tumbas de una necrópolis tardía, sobre las que el equipo, con espónsores como la Fundación Botín, Banco Santander, Cemex y Caja Sol, continúan trabajando.ABC ARTE

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