Octubre 7, 2024
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En las nubes


IMPULSO/ Carlos Ravelo Galindo

No te desvíes del consejo

Solamente es eso, una recomendación: Antes de hablar,  escucha.  Antes de escribir, piensa. Antes de gastar, gana. Antes de juzgar, espera. Antes de renunciar, intenta.

 

En el mundo siempre habrá personas que te van  amar por lo que eres. Y por esa misma razón habrá también quien te odie.

Si haces algún favor, no lo recuerdes. Y si lo recibes, nunca lo olvides. Así de fácil y sencillo. 

Lo sacamos en conclusión  de lo que nos platica mi hermanito Eduardo Ravelo Galindo. Dice  que dentro de los cursos de gestión estratégica, hay muchos ejemplos y casos a desarrollar y experimentar.

Y nos pone cinco ejemplos, que él les llama cátedras, para tu conocimiento. Por eso nuestra recomendación del principio: no te desvíes del consejo.

Un cuervo está sentado en la copa un árbol el día entero sin hacer nada.  Llega un  pequeño conejo y  le pregunta: ¿Puedo sentarme como tú y no hacer nada todo el día?

Claro, ¿por qué no? El conejo se sienta en el suelo debajo del árbol y se relaja. De pronto una zorra aparece y, sin más, se lo come. Lo que no le advirtió el cuervo, desde arriba, es que  debes estar justo en la cima. Para salir incólume.

En África, todas las mañanas el venado al despertar sabe que debe correr. Más  rápido que el león si quiere seguir vivo. 

Mientras el león en cuando abre los ojos. Comienza a correr antes que  el venado, si no quiere morir de hambre. 

No hace diferencia si  eres venado o león. No olvides que  apenas el sol salga,  tienes que empezar a correr para sobrevivir. Y más en este tiempo.

Dos funcionarios y el gerente de una empresa salen a almorzar y, en la calle, encuentran una antigua lámpara.  La frotan y de ella sale un  genio que  les dice: Yo sólo puedo conceder tres deseos, así que daré uno a cada uno de ustedes.

Yo primero, yo primero,  grita uno de los funcionarios.   Quiero estar en las Bahamas  en un barco, sin tener ninguna preocupación en la vida…  ¡Puff!,  y se fue.

El otro funcionario se apresura a hacer su solicitud: Quiero estar en Hawai, con el amor de mi vida y tomar piñas coladas.  ¡Puff!, y se fue…

Ahora el suyo, le dice el genio al gerente:   Quiero de regreso a esos dos tontos  en la oficina después del almuerzo, para una reunión.

Se humilde. Discreto.  Deja siempre que tu jefe hable primero.

Un cura  conduce por  una carretera. Ve a una monja  que camina  por la pista. Él para el auto y ofrece llevarla.  Ella acepta. Entra en el coche y cruza las piernas mostrando su belleza. 

Quien conduce el vehículo,  nervioso, casi choca con otro auto. Controla  el coche y evita un accidente.

Ante la belleza no se resiste y pone la mano en la pierna de la mujer. Ella  lo mira y dice: “Padre, recuerde el salmo 129. 

El se perturba: Disculpe, hermana, la carne es débil… y saca la mano de la pierna de ella.

Llega a su destino. Agradece  y, con una sonrisa enigmática, baja del auto y entra al convento.

Cuando llega al templo el cura corre hacia las Escrituras para leer el Salmo 129, que dice: “Adelante, persista, más arriba encontrará la gloria del paraíso”.

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