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Recibimos “Textos en libertad, el IMSS, otra vez”, del colega José Antonio Aspiros Villagómez, prolijo trabajo editorial que, lejos de un simple comentario, merece ser reproducido, así lo hacemos, con permiso del autor, sin quitar o agregar:

“El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) está a 15 meses de cumplir 75 años de creado y por ello ya debería ser una institución de excelencia y hasta tener la certificación de calidad ISO 9000, y no sólo ser una “marca famosa”, como lo acaba de anunciar el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.

El decreto fundacional del IMSS data del 19 de enero de 1943 y, su inicio de operaciones, del 1 de enero de 1944. Nació a pesar de la resistencia de los empresarios y hasta de los afiliados al Frente Nacional Proletario quienes, en rechazo de la nueva institución, se enfrentaron a bomberos y policías en el Zócalo de la Ciudad de México el 20 de junio de 1944, con saldo de heridos, detenidos y vehículos destrozados.

Nuevas manifestaciones, ya no de proletarios, sino del propio personal del IMSS, tuvieron lugar siete décadas después, en 2015, en diversas ciudades, para oponerse a la llamada “universalización de la salud”, que consideran como un paso hacia la privatización de los servicios médicos por medio de la subrogación a particulares.

El Secretario de Salud y los directores del IMSS y del ISSSTE han negado que eso sea cierto, pero algunos medios periodísticos, entre ellos la revista Contralínea y la agencia Cimac, han documentado lo contrario. Contralínea lo hizo el 31 de julio pasado en el reportaje de Nancy Flores, ‘La escandalosa privatización del IMSS, vía subrogaciones’ y Cimac ya lo denunciaba hace ¡doce años!:

Lenta pero segura, avanza la privatización del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). En sigilo, las reformas a la institución prevén el arrendamiento a la iniciativa privada de las instalaciones sanitarias, el reforzamiento de una ´visión gerencial´ para la atención a la salud, y la restricción a la población asegurada de los servicios médicos especializados. (‘Reforma al IMSS paso a su privatización’, Rafael Maya, Cimac, 25 de mayo de 2004).

La actual agonía de otra empresa vital para el país, Pemex, comenzó igual: hace varios gobiernos, cuando dejaron de invertir en ella, frenaron sus actividades productivas, bajó la exploración, y le dieron la puntilla con la llamada reforma energética. Luego, los ajustes presupuestales afectaron la producción y la refinación del crudo. Convocaron a construir una nueva refinería, que iba a estar en Tula, y luego sepultaron y silenciaron el proyecto.

Pemex quedará, se teme, con una función parecida a la que vislumbran los sindicalizados del IMSS para su fuente de trabajo: como un mero administrador de cuotas.

Este tecleador fue empleado del Seguro Social (1961-1968) y sus hijos -que nacieron en un hospital del propio Instituto- son sobrinos nietos de uno de sus fundadores, Miguel García Cruz, quien ocupó la secretaría general del organismo tripartita durante dos décadas o más. Ambos hechos, pero principalmente la nobleza y alcances sociales de las tareas encomendadas al IMSS, suscitan simpatía hacia el mismo, aunque, también, dudas acerca de si en verdad estará en camino su privatización, por más que lo niegue el gobierno.

Porque si bien son muchas y muy plausibles las historias de aciertos médicos que se conocen, son también demasiadas las quejas -aunque porcentualmente hayan disminuido, según versión oficial- y muchos ven en ese enojo de tantos asegurados, el resultado de una campaña para sensibilizarlos y, así, apoyen y hasta clamen una mayor participación particular”.

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: Se han resuelto los problemas de abasto de medicamentos, fue suprimida la revista de supervivencia para los pensionados.

 
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