IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
La Auditoria Superior de la Federación (ASF) investiga un ducto que construye Petróleos Mexicanos que puede convertirse en “elefante blanco”.
Celerino Cruz García, director de Auditoria de Inversiones Físicas Federales de la ASF y encargado de la investigación tiene puestos los ojos en el gasoducto y ramales para transportar gas natural de Coatzacoalcos a Salina Cruz en donde se han detectado desvíos por 81.9 millones de pesos, atribuibles a funcionarios de Pemex, en particular de la subdirección de distribuciones que estaba en funciones en 2013, durante la gestión del ex director Juan José Suárez Coppel.
Esta subdirección habría autorizado un importe de 81 millones 968 mil pesos, equivalente a 6 millones 284 mil dólares, con una paridad de 13.076 pesos por dólar correspondiente al cierre de diciembre de 2013, aún cuando no correspondían a los precios determinados por cada uno de los trabajos a realizar y “no resultaban razonables con los precios del mercado”.
La obra, según la documentación a la que EL UNIVERSAL tuvo acceso, se realizó con diversas “anomalías” desde su diseño, debido a que al interior de la empresa productiva de Estado se le consideró innecesaria, toda vez que no hay disponibilidad de gas natural en el sureste del país y por la subutilización de la infraestructura de la petrolera en la región (desde la red de paliduchos, oleoductos y gasoductos que corren del Puerto de Coatzacoalcos al Puerto de Salina Cruz).
Los propios funcionarios de Pemex Refinación, ahora Pemex Transformación Industrial, concluyeron en un diagnóstico interno que “aunque el proyecto hubiera concluido exitosamente, sería un elefante blanco ya que estaría parado”.
En consecuencia, la ASF subraya que además del desvío por 81.9 millones de pesos “hay un daño patrimonial para Pemex y para México por realizar una obra sin justificación y que estará sin utilizar”.
El dictamen preliminar notificado a Pemex señala que se debe proceder a recuperar el monto del desvió y fincar responsabilidades a quien corresponda por la falta de diligencia al servicio público.
El proyecto “facilitaría el transporte de gas natural por un gasoducto de 12 pulgadas de Jaltipan, Veracruz a la Refinería de Salina Cruz, Oaxaca”. La parte de integración de equipos e implementación de servicios del ducto fue adjudicado a la empresa Delaware Corporation and Solar Turbines International Company con un plazo de cinco años, aunque la obra sufre retrasos y no se ha concluido.
Otra anomalía detectada fue que no obstante que Pemex aplicó penalidades por 88.2 mdp por retrasos en el cumplimiento del programa imputable al contratista, “no efectuó la retención económica a las facturas que se encontraban en proceso en la fecha en que se determinaron los atrasos ni fueron pagados por el contratista mediante cheque certificado que amparará el monto correspondiente”.
Del 3 de julio al 19 de noviembre de 2013, se registraron tres suspensiones de 60, 30 y 51 días naturales y del 20 de noviembre de 2013 al 19 de marzo de 2014 se le concedió a la empresa una ampliación de monto y plazo por 120 días.
De hecho, tanto la auditoria como la obra misma es un tema que tiene que resolver la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y el Centro Nacional de Control de Gas Natural (Cenegas), y que va a obligar a revisar otros proyectos para evitar situaciones parecidas el gasoducto transístmico que litigan su construcción la propia Cenegas, CFE y Pemex.
O la inversión de más de 7 mil millones de dólares previstos para el proyecto transoceánico para desarrollar un gasoducto sin evaluar la infraestructura actual de Pemex ni el nuevo contexto regulatorio.
El estudio costo beneficio del proyecto argumenta que con este ducto Oaxaca es beneficiado pues puede transportarse combustible a lugares donde no había llegado antes.
El Plan Quinquenal contempla 13 proyectos de gasoducto a escala nacional, de los cuales, dos se encuentran destinados al estado de Oaxaca, ambos en Salina Cruz, y los cuales se espera entren en operaciones entre 2017 y 2018.
Dichas obras van a conectar a los estados de Veracruz, Chiapas y Oaxaca, mediante una longitud de 687 kilómetros y una inversión de mil 85 millones de dólares.
Concretamente el gasoducto Jáltipan-Salina Cruz, tendría una longitud de 247 kilómetros y que va a funcionar como fuente de abasto de gas natural para cuatro proyectos: Reconfiguración de la refinería de Salina Cruz, Planta de cogeneración en Salina Cruz, posible planta de licuefacción en Salina Cruz y exportación de gas natural hacia Centroamérica.
Originalmente se esperaba que este proyecto entrara en operaciones durante 2017, pero debido a diversas anomalías es probable que tenga se tenga que recalendarizar su conclusión.