IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
Alrededor de 6% de la población infantil entre 4 y 13 años padece el Transtorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) un padecimiento psiquiátrico que afecta su concentración, su capacidad para establecer relaciones sociales, y su desempeño escolar.
Uno de los mayores problemas con respecto de este padecimiento es que sólo uno de cada diez niños que lo tienen es diagnosticado, lo cual se da a por la falta de capacitación y conocimiento de profesores y médicos familiares, quienes no saben identificar los principales síntomas asociados a este padecimiento.
Los síntomas son evidentes en los niños, pero si no se diagnostican adecuadamente es fácil confundir a un niño con TDAH con otro que tiene problemas de comportamiento, explicó María Elena Frade, en el marco de la inauguración del 12 congreso internacional sobre esta enfermedad.
La fundadora del Proyecto Dah, que organizó el congreso y se dedica a dar capacitación a médicos y padres de familia sobre sobre la manera en que se debe educar y tratar médicamente a un niño en esta circunstancia, explicó que un menor con TDAH no sólo es inquieto, sino que no puede mantenerse sentado por más de 10 minutos, tienen problemas para concentrarse y para aprender, son distraídos y olvidadizos, y -uno de los más evidentes – a la mayoría les cuesta mucho trabajo conciliar el sueño.
“La mayoría de los chicos que padecen esta enfermedad no es atendido. El TDAH es como una bola de nieve porque se complica muchísimo: los adolescentes pueden caer en adicciones, unirse a pandillas porque se sienten aceptados o terminar en suicidio. No hay suficientes psiquiatras para tratar y diagnosticar. El que puede identificar con mayor facilidad es el maestro”, explicó.
Uno de los grandes problemas de esta enfermedad es que debe ser diagnosticada por un paidopsiquiatra (que trabaja con niños) pero en el país sólo hay 225 profesionales dedicados a esta especialidad; sin embargo, quien puede notar con mayor facilidad que un pequeño puede tener este problema es el maestro en clase, puesto que es en este sistema estructurado donde la enfermedad se manifiesta con mayor claridad.
Los niños hiperactivos presentan mayores problemas para concentrarse, seguir instrucciones, quedarse quietos, adaptarse con sus compañeros y aprender.
“La hiperactividad es la más fácil de detectar porque los niños son impulsivos y se mueven como trompos. Lo más difícil de detectar son los niños que son inatentos porque se portan muy bien, están muy calladitos pero no aprenden nada: pueden llegar al sexto grado sin saber leer”.