IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
Realismo, claroscuros y un gran dramatismo caracterizaron la obra de Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610), autor de cuadros como “El sacrificio de Isaac”, “Baco” y “La cabeza de Medusa”.
Considerado el primer gran exponente del Barroco, resaltan en su biografía no pocos hechos sórdidos.
Aunque sus mecenas ya lo habían salvado de caer varias veces en manos de las autoridades, la noche del 29 de mayo de 1606, no corrió con la misma suerte, el pintor italiano mató -quizá por accidente- a su colega Ranuccio Tomassoni, por lo que se exilió en Nápoles.
De carácter violento, Caravaggio tenía una extraña habilidad de meterse en riñas y discusiones. Su personalidad también era polémica y así lo reflejaba en su obra.
Solía ocupar como modelos para sus pinturas a mendigos y prostitutas, incluso para las de corte religioso, lo que causó gran controversia en la sociedad de su época.
Reconocido en su tiempo, cayó en el olvido tras morir a los 38 años de edad, aspecto que cambió hasta la primera mitad del siglo XX. Su fallecimiento aún está rodeado de misterio, pero se sabe que sobrevivió a un atentado.
Algunas teorías indican que una gran cantidad de plomo, presente en sus pinturas, pudo haber afectado su carácter y gradualmente causarle la muerte, aunque ésta, de acuerdo a lo que se sabe, ocurrió por una fiebre en julio de 1610.