IMPULSO/ Edición Web
Pekín
“Es cierto, vamos a por el iPhone”. El consejero delegado de Xiaomi, Lei Jun, no ha podido dejar más claro cuál es el objetivo del fabricante chino al que representa
durante el lanzamiento anual de su buque insignia. Y también ha quedado en evidencia que la quinta marca que más teléfonos móviles vende en el mundo ha decidido seguir el camino que marca su rival estadounidense: ha lanzado dos terminales que, como hizo Apple hace poco más de dos semanas, se diferencian entre sí por el tamaño y por el número de las cámaras que incorporan. El Mi5S hereda la pantalla de 5,15 pulgadas de su predecesor, el Mi5, y llega acompañado del Mi5S plus, que aumenta su tamaño hasta las 5,7 pulgadas y añade, como hace el iPhone 7 Plus, una segunda cámara posterior.
Eso sí, las de Xiaomi están una encima de la otra y funcionan con una tecnología diferente a la de Apple, cuyo terminal viene equipado con dos objetivos paralelos con distancias focales distintas. En el caso del Mi5S Plus, una cámara recoge la imagen en color mientras que la otra cuenta con un sensor en blanco y negro. “Es una combinación que permite captar más detalles y mucha más luz, de modo que se pueden realizar efectos que solo serían posibles con un objetivo de luminosidad f 0,95”, ha explicado Lei mientras en la gigantesca pantalla situada a su espalda desfilaban series de tres fotografías diferenciadas únicamente por el aparato con el que se habían tomado: iPhone 6S Plus, Samsung Galaxy S7 Edge, y Xiaomi Mi5S.
“Las nuestras son mejores”, ha sentenciado Lei apoyando su aseveración en otro vídeo en el que diferentes usuarios eligen en su mayoría la fotografía realizada con el Xiaomi sin conocer cuál es el origen de ninguna de las tres. “En el caso del Mi5S, hemos adoptado la última cámara de Sony, que incrementa el tamaño del sensor y lo equipara al de una cámara compacta. Es un 59% más grande que el del iPhone 6S Plus, y los píxeles tienen un tamaño un 61% mayor”, ha puntualizado. En teoría, eso permitirá al terminal de Xiaomi tomar mejores imágenes en condiciones de poca luz y aumentar su detalle a pesar de contar solo con 8 megapíxeles. En el caso del Mi5S Plus, la resolución aumenta hasta los 13 megapíxeles. Finalmente, el software de la cámara de ese último terminal es similar al del RedMi Pro, de forma que permitirá el reenfoque de la toma una vez realizada.
Hasta aquí, Xiaomi no adopta ninguna tecnología nueva. Pero sí que lo hace en el sensor de huellas dactilares, donde incorpora el primer sistema under glass. La marca china ha colaborado con el fabricante de chips estadounidense Qualcomm para diseñar un sensor que funciona por ultrasonidos y que, a diferencia del resto, no está al aire. Está cubierto por cristal, de forma que no se desgasta, y además lee las huellas en tres dimensiones. “Es la tecnología más avanzada del mundo, supone la forma más natural para desbloquear el teléfono, y resulta mucho más segura y precisa. Además, se puede utilizar con las manos mojadas”, ha explicado Lei. Eso sí, a diferencia de Apple y de Samsung, los nuevos Xiaomi no son resistentes al agua.
Tampoco ha pasado desapercibido entre los asistentes al lanzamiento el excesivo parecido entre el diseño del Mi5S y el iPhone 6: ambos cuentan con la misma ubicación de la cámara, un cuerpo metálico y, lo más importante, una igual distribución de las antenas de plástico que surcan el cuerpo. “Me gusta mucho el móvil, pero prefiero el diseño de la versión Plus porque es más diferente. En la otra deberían haber pensado un poco más cómo evitar las comparaciones con el iPhone”, ha comentado uno de los seguidores invitados a la presentación, a la que ha acudido EL PAÍS.
Claro que el precio no tiene nada que ver con el de la competencia americana o surcoreana. Al fin y al cabo, lo que ha convertido a Xiaomi en un gigante es su magnífica relación calidad-precio, y hoy no ha defraudado en ese apartado. Ambos terminales vienen equipados con el último chip de Qualcomm, el Snapdragon 821 a 2,35 Ghz., e incorporan pantallas con una resolución FHD y una gran luminosidad de 600 nits. Por si fuese poco, la versión S cuenta con 4 GB de memoria RAM y la S Plus la incrementa hasta los 6 GB. En ambos casos están preparados para las redes 4 G+ (intermedias entre el 4G y el 5G) y el almacenamiento interno puede ser de 64 GB o de 128 GB. Su precio, sin embargo, es más propio de móviles de gama media: desde 1.999 yuanes (270 euros al cambio) en el caso del Mi5S y 2.299 yuanes (310 euros) en el del Mi5S Plus.
Xiaomi también ha aprovechado la ocasión para dar algunos datos sobre su negocio. Ha informado de que ha logrado vender nada menos que 100 millones de terminales de su gama media, RedMi, en solo tres años, y que las tiendas Mi Store -que también siguen el ejemplo de las Apple Store-, están siendo un éxito. “Ser una empresa de Internet impedía que nuestros clientes probasen lo que fabricamos. Estas tiendas han servido para que puedan sentir los detalles. Ahora tenemos 25, pero nuestro plan es abrir hasta mil en los próximos tres o cuatro años”, ha comentado Lei, cuya multinacional se ha convertido en un curioso ejemplo de una empresa ‘online’ que se vuelve también ‘offline’.
Finalmente, Xiaomi ha renovado su televisión, uno de los grandes éxitos de la compañía. “Queremos hacer la mejor televisión inteligente del mundo”, ha introducido el cofundador y responsable del ecosistema del hogar inteligente que está creando la empresa, Wang Chuan. La MiTV3S es un gigante de 65 pulgadas y resolución 4 K que cuesta únicamente 4.999 yuanes (675 euros). En esta ocasión, no obstante, Xiaomi no se ha limitado a hacer más grande la pantalla, también ofrece acompañarla de un potente sistema de sonido envolvente Dolby DTS por mil yuanes más (135 euros), y ha llegado a un acuerdo con las principales empresas de vídeo ‘online’ para ofrecer su peculiar versión de Netflix en China.
Así, poco a poco, Xiaomi se va convirtiendo en un conglomerado tecnológico en el que los teléfonos móviles van perdiendo peso en la facturación a pesar de seguir siendo su producto de bandera. A través de su creciente colaboración con una constelación de start-ups, va sumando todo tipo de aparatos: desde ollas para cocer arroz, hasta bicicletas. “Es la evolución lógica de las empresas tecnológicas, porque ya cualquier electrodoméstico tradicional es susceptible de ser convertido en uno inteligente”, apostilla Wang. EL PAÌS