IMPULSO/ Miguel A. García
Toluca
Donald Trump, candidato del partido Republicano a la Presidencia de los Estados Unidos, representa para la comunidad migrante en el país del norte una mayor esperanza de conseguir la tan anhelada reforma migratoria, ello, frente a la opción de la aspirante demócrata Hillary Clintón, señala el especialista en temas de migración Juan Gabino González Becerril.
A decir del investigador mexiquense del Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población (CIEAP) de la Universidad Autónoma del Estado de México, la animadversión que tiene el republicano no estaría bien sostenida ni entendida por la población mexicana o, en su caso, por la migrante. Explica que el discurso xenófobo e incluso racista de Trump desde un inicio tuvo un porqué: obtener la candidatura.
Frente a un escenario en el que otros candidatos lo superaban en capital político y apoyo del ciudadano estadounidense, la estrategia del republicano, dice, se basó en la “estridencia” para ganar los reflectores, que nunca habría obtenido en caso de ser “políticamente correcto”. Sin embargo, una vez logrado el objetivo con la investidura, “la estrategia cambiará” [sic.]. El argumento y discurso antimigrante fue meramente político, él [Trump] va a suavizar su postura porque el capital así lo va a indicar, hoy, lo que está haciendo es presionar”.
Asegura que un escenario como el que plantea Trump en su discurso, relacionado a incrementar el muro en la frontera y elevar las deportaciones, no podrá ser sostenido en el caso de que obtuviera la Presidencia de los Estados Unidos, pues, como Presidente, deberá seguir las necesidades del mercado y el capital.
“La situación va a seguir igual, siempre hay un uso político de los inmigrantes en Estados Unidos, a su sistema económico le conviene que los inmigrantes estén de manera indocumentada, eso les genera una mayor ganancia a las empresas, los presidentes son gerentes del sistema, quien gobierna el mundo es el capital”, aseveró el académico.
La mano de obra de los inmigrantes es un engranaje fundamental en la ecuación de la producción de sistema capitalista.
Otro ingrediente de una política antimigrante, traída a la luz por Donald Trump, es la consecuencia directa de un mayor solicitud de migrantes que buscan la regularización y la obtención de la ciudadanía por las vías legales, pues el último año fue, históricamente, el que registró mayor naturalización de los migrantes mexicanos, es decir, desde la aparición de Trump, se impulsó una política restrictiva pero favorable para este sector.
“Una posición más restrictiva en contra de la migración está provocando que mucha gente busque la regularización”, agregó Juan Gabino y argumenta que incluso en los estados donde son gobierno los republicanos los derechos para este sector son mejores en cantidad y la cifra de naturalización es más elevada, tan sólo California, que es una entidad con ley amigable a los migrantes, registra mayores candados y detenciones.
Contrario a lo que se piensa, la historia está a favor del Partido Republicano como la fuerza política estadounidense que más ha regularizado a migrantes con la última gran reforma migratoria a favor de las huestes, hoy, de Trump.
Incluso el último presidente republicano, George Bush, estuvo más cerca de consolidar una nueva reforma, frenada sólo por los atentados de las Torres Gemelas en el 2002.
