IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
Juan Gabriel rompió el récord en la televisión mexicana por la trasmisión del programa: “Mala Noche… ¡No!”, en septiembre de 1988, el cual compartían Vicente Fernández y Daniela Romo con 4 horas. La marca del ídolo: ¡7 horas y 15 minutos!
En una amena crónica realizada en ese entonces por el columnista y editor de espectáculos de EL UNIVERSAL, Leopoldo Meraz, durante la histórica transmisión describe cada momento del Divo de Juárez con su encuentro con su amiga y comadre, Verónica Castro, un programa que marcó el destino de este país.
Este programa ha sido la suprema cumbre, dice la ojiverde… “La verdad dicha en latin: Juan Gabriel Non Plus Ultra”, comenta.
Esa noche La Vero conduce a los televidentes a un edén donde las manzanas abundan y hay que contar los pecadillos: finalmente, los salvará exhibiendo las virtudes, no sólo musicales, las humanas… escribe el también fallecido Leopoldo Meraz “El Reportero Cor”.
A Juan Gabriel le faltó la voz —una súbita ronquera—, que le impidió entregarse en plenitud de facultades; pero a cambio, dio el humor, la inmensa simpatía, el agradecimiento, la emoción de artista, ¡cuánto!, reiteró en su momento el reportero Cor.
Desde un principio con temas rancheros y un sketch gracioso, Juan Gabriel demostró su afán de entretenimiento…
“La mujer tiene tres edades, Vero —dijo muy serio—. 1. La que dice. 2. La que representa. 3. La que realmente tiene”.
¿Cuántos años te gustaría vivir?
“ 107”, dice confiado.
¿Y cuál es tu fortuna?
“Vivir en el presente siglo”
Al piano, el maestro Eduardo Magallanes permitió conocer un Juan Gabriel íntimo. El que canta a quienes admira. Mencionó a Agustín Lara, Gonzalo Curiel, Gabriel Ruíz, Luis Arcaraz.
Pero fue emotivo el recuerdo de “Amor del alma”, hecha a un invidente de Parácuaro, Michoacán, su primera cuna.
“Era un viejecito enamorado de una viejecita… Y a la que quería ver para amarla más”. Juan Gabriel aseguró: “Tal como dicen los franceses, recordar es morir un poco. La gente muere hasta que uno deja de recordarla”.
La primera llamada telefónica del programa fue la de su futura comadre, Lucía Méndez, convenido que el 26 de enero Juan Gabriel la lleva a pila bautismal. Ese día es el cumpleaños de la Méndez.
“Ojalá te salga guapo”, deseo Juan Gabriel a su ahijado.
“Bueno, primero que le salga”, añadió Vero.
“Y a ver si es niño y luego a ver si es hombre”, concluyó con humor Juan Gabriel.
Adelantó Lucía Méndez que el bebé recibirá el nombre de Pedro Antonio si es varón, o Lucía Leticia si es una nena.
¿Y tú, Vero… para cuándo?… inquirió Juan Gabriel.
“Quisiera tener dos niñas más… pero ya no sé cómo hacerlo… (carcajadas)… Bueno, si lo sé; pero… ¿a qué hora, Juan?”.
Luego Juan Gabriel aconsejó a Lucia Méndez: “elimine carnes y cada tres horas disfrute de frutas… pero cada quien puede morirse como guste”. Hizo el reproche. “Te vi fumando como Diana Salazar…” Y la chispa: “No vaya a resultar el extraño retorno de Diana”.
Verse dueño de una abundante melena lo hizo repetir gestos. Y Vero preguntaba al público si ahora es más guapo (a los 38 confesados)… Euforias de sí es.
Tantas llamadas bloquearon los teléfonos. Admiradores de todas las edades. Convino en un “noviazgo” con una criatura de 4 años—… “te digo que eres mi novia para que ¡ya no me engañes!”.
Únicamente 60 personas entraron en el Estudio J de Televisa, Chapultepec y una multitud de cinco mil, aproximadamente, pedía “por caridad” entrar a conocer su adoración, como dispusiera el servicio de seguridad.
Alegremente, en “el programa de su vida” Vero apuntó preguntas a la dieta de Juan Gabriel, que prefiere las frutas y las legumbres.
“El que tiene mal estómago, tiene malos sentimientos. Ya no come carne de ningún animal”.
“Mala noche… ¡No!” regaló los videos de los programas a Juan Gabriel; pero él recordó:
“Señor Alemán… yo quiero los videos de mis primeros programas”.
¡Claro que los tendrá!… respondió Vero.
La llamada “que no entró”, fue la de Lola Beltrán, esto a causa del interno congestionamiento de las líneas.
La atención de Juan Gabriel a “mi reina”, doña Socorro, la hizo traer a pantalla.
“Es primera vez que mamá viene al programa… por ti” —Dijo Vero—. “Eres su ídolo”. A doña Socorro le cantó “Costumbres”.
¿Y de verdad tienes amigos Juan, de esos que te despiertan a las 3 de la mañana para contarte sus penas?
“Yo prefiero ser el que los despierte”.
Mensajes de muchas partes de México y los Estados Unidos llegaban a Juan Gabriel y Vero leía peticiones: “La farsante”, “Querida”, “El insensible”.
¿Cuántas canciones tienes…?
“Más de mil”, dice contundente.
Y el divo soltó una de sus miles de confidencias: “¿Por qué me dicen Juanga…? No me gusta… Yo soy Juan Gabriel”.
¿Y cuál es el secreto de que a todos gustes…?
“Es un secreto… O será que el público tiene mal gusto”.
Cuando curioseaba en los reportes que leía Vero, ella advirtió un parecido:
Eres igual a Marco…
“No… yo soy mejor”, acotó. Y tras una pausa, significó: “Cuando menos soy mejor 15 minutos… que Marco”.
¿Eres sencillo?
“No, soy doble… ¡Triple!”. Fue un jonrón de ingenio. El empleo del lenguaje beisbolero.
En su momento habló la comadre Aída Cuevas… Y Estelita Nuñez.
¿Tu primera amiga?
“La Prieta Linda, la primera que tuvo fe en mí”.
¿Qué es la amistad para ti?
“La amistad es respetar una manera de ser y pensar. Que yo te quiera tal como eres”
El mismo día tenía Juan Gabriel el compromiso de apadrinar una tienda en Nuevo México y lo hizo simbólicamente, a través de la tevé.
Eran las 5:30 cuando apareció Jacobo Zabludovsky. “Usted está a todas horas”, confesó Vero. “Hoy inauguramos el canal Eco para los hogares hispanos de los Estados Unidos”. Juan Gabriel correspondió en el abrazo al gran comunicador.
“¡La guirnalda!”, pidió una persona…
“La guirnalda mejor me la pongo yo. Es una canción para mujer… Si ya de por si”.
Te acusan de que vas a ser papá
“Tengo 95… y hay lugar para 25 más”.
¿Sufres por los amores?
“Saco partido… Cuando soy feliz, no escribo”.
Vero, tu hiciste famoso a Superman.
¿Por qué?
“Lo mandaste a volar”.
Cuenta más chistes.
“Que venga Cantinflas”.
Vero agradecida: “Juan, soy toda tuya… ¡Y mira que esto no se lo digo a cualquiera!”.
Y le confesó Vero su edad: “35”. La cámara bajo el cuidado de Paco López hicieron el acercamiento: un beso de piquito “de pajarito”, entre Vero y Juan Gabriel. A las 6:15 Alberto Aguilera y Verónica Castro se retiraron. Esteban Mayo y las predicciones astrológicas. Llegó a su cumbre “Mala noche… ¡No!”.
