Octubre 5, 2024
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Del Huizachal a Doctor en Derecho y líder del PRI mexiquense

IMPULSO/ Eliseo Lugo Plata

Toluca

“Aquella fue la colonia donde nací y tuve mis primeras enseñanzas de vida, una vida muy difícil: el Huizachal, entre Independencia y la Flores Magón, en Naucalpan”.

Así se recuerda a sí mismo Carlos Iriarte, con mucha nostalgia, y describe haber vivido entre el bullicio de la alegría que da la modestia de una unidad habitacional de corte popular de las fuerzas armadas y los esfuerzos de sus padres por sacar adelante a la familia.

Mis padres eran muy jóvenes y tenían que trabajar, señala el ahora dirigente priista, recordando con orgullo que, aunque lo dejaban con sus abuelos mientras ellos trabajaban, aprendió de los mayores la disciplina y los valores que lo fueron moldeando en la vida.

“Mi abuela fue enfermera militar y mi abuelo médico veterinario militar; mi otro abuelo fue coronel”, declara.

¿De allí te nació el deseo de ser militar?

– Quizás fue la inercia, pero no era mi vocación, por ello, dejé el Colegio Militar.

¿Qué otra cosa te llamaba la atención?

– Cuando era niño, sólo vivir como los de mi edad, con las ilusiones de ser alguien en la vida, sin definir nada. Cuando fui creciendo, ya como adolescente, tenía un deseo enorme de ayudar a mis padres y de ser alguien en la vida para reivindicar su esfuerzo por sacarnos adelante.

Cuenta que su madre era asistente en el Seguro Social y que su padre vendía saldos de telas y ropa en un tianguis de Lomas Verdes y en otro donde alguna vez estuvo el Autocinema de Tlalnepantla.

“Siendo el mayor de cinco hermanos y hermanas, tenía que ayudar a mi padre a vender. Allí, en aquellos tianguis, comencé a conocer el verdadero valor del esfuerzo de la gente por salir adelante, pues no siempre le va bien a uno”.

De pronto, se sentó a la orilla de aquel sillón negro, clavó la mirada sobre la mesa de centro, juntó sus manos y entrelazó los dedos. Tragó saliva y, después de algunos segundos – que se hicieron eternos –, levantó la mirada con un dejo de tristeza para contestar con la voz entrecortada y hacer un esfuerzo para quitarse aquel nudo que se le había hecho en la garganta.

“Fueron años muy difíciles, mi padre tuvo que vender los dos puestos que tenía para sacar adelante a la familia. Entonces, tuve que salir al centro de la ciudad a vender tienda por tienda la ropa que maquilaba mi papá”, explicó Iriarte Mercado.

Sus ojos se volvieron vidriosos a punto del llanto, pero se repuso para recordar que, hoy, él y sus hermanos son profesionistas gracias a la cultura del esfuerzo, aquella que dicta que aunque hay que llevar el pan y la sal a la casa, también se tienen que preparar en las aulas, sacrificando lo más querido, que es la vida lúdica y bullanguera de un joven de su edad. Hoy, es Doctor en Derecho.

¿Qué distracciones tenías de estudiante?

– El deporte.

¿Qué deporte practicabas?

– El atletismo, me gustaba la marcha y corría los 100, 200 y 400 metros, e incluso los 4×100.

¿Pensaste alguna vez en ir a las olimpiadas?

– Desde luego, muchas veces, pero no tenía el tiempo suficiente para prepararme, como te he dicho, tenía que estudiar y trabajar, era muy difícil.

¿Atleta favorito?

– En aquel tiempo, lo fue Daniel Bautista, medalla de oro en los juegos olímpicos de Montreal, Canadá, en 1976.

Carlos Iriarte Mercado, además de darse tiempo para hacer deporte, inicia trabajando como asistente en el Congreso federal, su prioridad para llevar los centavos a la casa en apoyo a la familia; escoge estudiar dos horas durante el día y dos horas por la noche en la universidad, como todo aquel joven que, a costa del sacrificio de las diversiones propias de su edad, prefiere la superación para llegar a ser alguien en la vida.

¿La Cámara de Diputados fue tu primer contacto con la política?

– No necesariamente, pero si podría decirte que lo fue con el servicio público. Ya tengo 25 años como servidor público.

Iriarte Mercado narra que desde antes de ingresar al servicio público hizo lo que la mayoría de los priistas cuando comienzan, pegar carteles y bardas, apoyar a candidatos y hacer proselitismo para su partido. Recuerda asimismo con cierta a nostalgia haber sido líder estudiantil en Acatlán, su primer contacto con la política. Continuará

Carlos Iriarte Mercado

Pocas personas pueden tener un “storytelling” como el de Carlos Iriarte Mercado, un hombre que, no obstante haber realizado ya un Doctorado en Derecho, sus mejores enseñanzas las ha obtenido en la universidad de la vida. Allí, desde su posición como presidente del PRI en el estado más poblado del país, recuerda su infancia en el Huizachal y los sacrificios de sus padres por sacar adelante a la familia.

: Salí del Colegio Militar porque mis padres tenían problemas económicos, fue mi deseo salir para ponerme a trabajar y ayudarlos. Vendíamos saldos y ropa en tianguis de Naucalpan y Tlalnepantla: camisas hawaianas que andaban de moda y los ´jeans´.

: Alguna vez, albergué la idea de representar a México en las olimpiadas como atleta. Daniel Bautista fue mi primer ejemplo como deportista”,

Carlos Iriarte Mercado,

Presidente del CDE del PRI.

 
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