IMPULSO/ Redacción
Toluca
Como muchos otros pueblos de México, recientemente, Malinalco se insertó en una dinámica de cambio sociocultural, en el que sus zonas céntricas se han reconfigurado tanto en el uso de suelo como en la composición social de su población, señaló el investigador del Centro Universitario Tenancingo de la Universidad Autónoma del Estado de México, Rubén Nieto Hernández.
En medio de este proceso, consideró el especialista, los sectores más vulnerables padecen un proceso de segregación espacial, al ser expulsados a las zonas periféricas por medio de la compra de los predios.
Al hablar de la “Magia para la gentrificación”, Nieto Hernández expuso que, como consecuencia, su centro ha dejado de ser un espacio deteriorado para convertirse en un lugar exclusivo, ya sea por la remodelación y restauración, o bien, por la construcción de nuevos edificios.
Al participar en las “Jornadas Académicas Ecodiálogos2: Ruralidades Alternativas”, ejercicio académico en el que especialistas en la materia expusieron las problemáticas que enfrenta el desarrollo rural alternativo en el siglo XXI, el arqueólogo de la máxima casa de estudios mexiquense subrayó que el antiguo patrón habitacional de casa-huerta ha sido sustituido por majestuosas casas de campo de fin de semana con albercas y extensos jardines que demandan servicios como agua y mano de obra para su mantenimiento, es decir, trabajadores que antes se dedicaban a las labores agrícolas en los predios que les pertenecieron.
Entre los cambios más importantes, puntualizó, destacan los nuevos costos de las propiedades, que se elevaron de manera exorbitante.
