11 jul (Reuters) – Mientras las fuerzas rebeldes de Wagner se dirigían hacia Moscú el 24 de junio, un contingente de vehículos militares se desvió hacia el este por una autopista en dirección a una base fortificada del ejército ruso que alberga armas nucleares, según los vídeos publicados en Internet y las entrevistas con residentes locales.
Una vez que los combatientes de Wagner llegan a regiones más rurales, el rastro de vigilancia se enfría, a unos 100 kilómetros de la base nuclear, Voronezh-45. Reuters no pudo confirmar lo que sucedió a continuación, y las autoridades occidentales han dicho en repetidas ocasiones que el arsenal nuclear ruso nunca estuvo en peligro durante el levantamiento, que terminó rápida y misteriosamente ese mismo día.
Pero en una entrevista exclusiva, el jefe de la inteligencia militar ucraniana, Kirilo Budanov, dijo que los combatientes de Wagner fueron mucho más lejos. Dijo que llegaron a la base nuclear y que su intención era adquirir pequeños artefactos nucleares de la era soviética para “subir la apuesta” en su motín. “Porque si estás dispuesto a luchar hasta que quede el último hombre en pie, esta es una de las instalaciones que eleva significativamente la apuesta”, dijo Budanov.
La única barrera entre los combatientes de Wagner y las armas nucleares, dijo Budanov, eran las puertas del almacén nuclear. “Las puertas del almacén estaban cerradas y no consiguieron entrar en la sección técnica”, dijo.
Reuters no pudo determinar de forma independiente si los mercenarios de Wagner llegaron a Voronezh-45. Budanov no aportó pruebas de su afirmación y se negó a decir qué conversaciones, si las hubo, habían tenido lugar con Estados Unidos y otros aliados sobre el incidente. Tampoco dijo por qué los soldados a sueldo se retiraron posteriormente.
Una fuente cercana al Kremlin con vínculos militares corroboró partes del relato de Budanov. Un contingente de Wagner “logró entrar en una zona de especial interés, a raíz de lo cual los estadounidenses se agitaron porque allí se almacenan municiones nucleares”, dijo esta persona, sin dar más detalles.
Una fuente conocedora del asunto en el este de Ucrania, ocupado por Rusia, dijo que esto causó preocupación en el Kremlin y dio impulso a una negociación apresurada para poner fin a la rebelión en la noche del 24 de junio, con la mediación del presidente bielorruso Aleksandr Lukashenko.
Sin embargo, altos cargos estadounidenses expresaron sus dudas sobre esta versión. En respuesta a una pregunta sobre si las fuerzas de Wagner llegaron a la base y trataron de adquirir armas nucleares, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Adam Hodge, declaró: “No podemos corroborar este informe. En ningún momento tuvimos indicios de que armas o materiales nucleares estuvieran en peligro”.
El Kremlin y el comandante de Wagner, Yevgueni Prigozhin, no respondieron a las preguntas para este artículo.
Matt Korda, investigador asociado y director del Proyecto de Información Nuclear de la Federación de Científicos Estadounidenses, afirmó que sería “prácticamente imposible que un agente no estatal” quebrantara la seguridad nuclear rusa. Wagner puede haber tenido miles de soldados a su disposición, dijo, pero es poco probable que alguno de ellos supiera cómo detonar una bomba.
“Si un agente malintencionado consiguiera hacerse con un arma nuclear, se encontraría con que las armas están almacenadas en un estado de montaje incompleto”, explicó. “Habría que completarlas instalando equipos especializados y desbloqueando después los enlaces de acción permisiva, y para ello necesitarían la cooperación de alguien de la 12ª Dirección”, responsable de la protección del arsenal nuclear ruso.
Budanov es el primer dirigente que sugiere que los combatientes de Wagner estuvieron a punto de hacerse con armas nucleares y agravar aún más un motín armado que ha sido ampliamente interpretado como el mayor desafío al poder del presidente ruso Vladimir Putin. Las autoridades estadounidenses temen desde hace tiempo la posibilidad de que las luchas en Rusia desemboquen en la caída de artefactos nucleares en manos de delincuentes.
Los combatientes de Wagner se dirigieron hacia Voronezh-45 tras separarse de un convoy más grande de armamento pesado que avanzaba por la autopista M4 que va hacia el norte desde Rostov del Don, donde comenzó la rebelión. Este grupo más pequeño se dirigió hacia el este y se enfrentó a las fuerzas rusas en un tiroteo en el primer pueblo al que llegó, según los residentes y las publicaciones en las redes sociales. Pero, después, parece haber recorrido 90 kilómetros sin obstáculos, incluso atravesando sin oposición el centro de una ciudad que alberga una base militar.