Octubre 7, 2024
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IMPULSO/ Teodoro Rentería Arróyave

Y se fue Francisco

Nos habíamos abstenido de abordar el tema de la visita a nuestro país del papa Francisco, en atención a que no somos expertos en el tema, como lo es nuestro querido amigo y gran colega el licenciado Carlos Fernando Ravelo y Galindo, quién, por cierto, nos regaló una serie de espléndidos análisis.

Ello no quita que podamos opinar sobre los aspectos políticos y sociológicos del periplo papal, empezando por su interés de recorrer el país de punta a punta, fronteras Sur y Norte, el centro y el Occidente de la República.

Francisco decidió estar en los lugares más candentes de nuestra referencia conflictiva dramática, sitios donde el acoso de un crimen ultra organizado no cesa, en primer lugar por una estúpida guerra unipersonal decretada por el entonces ocupante de Los Pinos, el panista Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.

El llamado a los jóvenes de que no se dejen sorprender por la supuesta vida fácil del enriquecimiento inmediato a cambio de convertirse en sicarios del narcotráfico y por consecuencia en carne de cañón o de cárceles, nos parece que es un fundamental mensaje del Vicario de Roma a las actuales y nuevas generaciones.

Su solidaridad con los migrantes de todo el mundo con su mensaje en la frontera norte, cuyos feligreses pudieron escucharlo desde el otro lado de la línea ignominiosa, caló tan fuerte que ya hay respuesta insolente, sobre todo de ese sujeto de la política macabra que se llama Donald Trump.

El regañó mayúsculo a los obispos y a la demás clericalla del poder: “Sean obispos de mirada limpia, de alma transparente, de rostro luminoso. No le tengan miedo a la transparencia. La Iglesia no necesita de la oscuridad para trabajar. Vigilen para que sus miradas no se cubran de las penumbras de la niebla de la mundanidad; no se dejen corromper por el materialismo trivial ni por las ilusiones seductoras de los acuerdos debajo de la mesa; no pongan su confianza en los ‘carros y caballos’ de los faraones actuales, porque nuestra fuerza es la ‘columna de fuego’ que rompe dividiendo en dos las marejadas del mar, sin hacer grande rumor”.

Y a los del poder terrenal, en el Palacio Nacional, les espetó: “La experiencia nos demuestra que cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos cuantos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano, la vida en sociedad se vuelve un terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte, causando sufrimiento y frenando el desarrollo”.

Y se fue Francisco, algo más se le puede exigir, no vino a México a atender particularidades por importantes que estas sean, vino a enfrentar la problemática nacional que es equiparable a la del mundo entero, pero ahora más densa en nuestro sufrido territorio nacional.

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