Leópolis/Moscú, 3 feb (EFE).- Ucrania trata de convencer a los aliados de que le envíen cuanto antes misiles de largo alcance al país, mientras que en el terreno se aferra a la defensa de Bajmut, su “fortaleza” en la región oriental de Donetsk.
“No vamos a renunciar a Bajmut, lucharemos mientras seamos capaces de hacerlo, es nuestra fortaleza”, afirmó este viernes el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en una comparecencia en Kiev con los jefes de la Comisión Europea (CE) y del Consejo Europeo, Ursula von der Leyen y Charles Michel, respectivamente.
Zelenski agregó que si se acelera el envío de armas de largo alcance, Ucrania “no solo conservará Bajmut sino que, liberará el Donbás, que está ocupado desde 2014”.
Con todo, medios internacionales como CNN y otros llevan varios días especulando sobre la supuesta recomendación de EEUU y algunos países europeos a Ucrania de que desista de la defensa de Bajmut a cualquier precio y reúna fuerzas para su propia contraofensiva.
La eventual caída de Bajmut, que las tropas rusas intentan capturar desde hace meses, permitiría a Moscú cortar las líneas de suministro de las fuerzas de Ucrania en la zona y abrir una vía a los bastiones ucranianos de Kramatorsk y Sloviansk.
La situación en la urbe se agravó en las últimas semanas ante la creciente presión de Rusia, lo que, según algunos analistas y políticos prorrusos, puede poner al liderazgo ucraniano ante la necesidad de decidir si mantiene la resistencia u opta por una retirada táctica.
Las fuerzas rusas afirman que por el momento no hay signos de una posible retirada ucraniana, sino por el contrario Kiev incluso ha comenzado en la noche del jueves a concentrar más tropas en las inmediaciones de Bajmut.
“Estamos pagando un precio altísimo por proteger Bajmut, pero no podemos dejarlo atrás”, reconoció el asesor de la Oficina de la Presidencia ucraniana, Mykhailo Podolyak, en una entrevista con el periódico 20 Minutos.
Agregó que los soldados de Kiev están dando su vida por el derecho de los ucranianos a vivir en su casa.
“Bajmut no es un lugar cualquiera, es nuestra casa”, remarcó sin dar la cifra de las bajas ucranianas en esa localidad, algo que se hará “cuando termine la guerra” y sea posible verificar las pérdidas “una por una”.
El ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Réznikov, afirmó el jueves que Ucrania estaba dispuesta a dar garantías a sus socios de que las armas de largo alcance no se utilizarán para atacar territorio ruso.