PREOCUPACIÓN INTERNACIONAL ANTE EL TRIUNFO DE LA ULTRADERECHA ITALIANA
Por Teodoro Rentería Arróyave
Para martes 27 de septiembre de 2022
Tal parece que algunos pueblos no tienen memoria, el Diario y Radio Universidad de Chile, describe así la noticia que agobia al mundo en general y a Europa en particular: 77 años después de Mussolini la extrema derecha gana elecciones en Italia. Así es, el partido neofascista Hermanos de Italia, FDI, ha sido el más votado de la coalición de derechas y su lideresa, Giorgia Meloni, es la primera opción para encabezar el nuevo gobierno en la península europea.
Recordemos: Benito Amilcare Andrea Mussolini -29 de julio de 1883 – G28 de abril de 1945), conocido como Benito Mussolini, fue un político, militar y dictador italiano, después de hacerse con la presidencia del Consejo de Ministros Reales de Italia desde 1922 hasta 1943 y Duce -guía-, de la República Social Italiana desde 1943 hasta 1945. Llevó al poder al Partido Nacional Fascista y posteriormente al Partido Fascista Republicano y estableció un régimen totalitario durante el período conocido como fascismo italiano, bajo el beneplácito del rey Víctor Manuel III, hasta su colapso en la Segunda Guerra Mundial.
Unió a Italia a las fuerzas de las nuevas Potencias del Eje -sucesor del pacto de Acero-, que encabezaba Alemania y completaban Japón y la España de Francisco Franco. Todas sus conquistas territoriales que lograron, no exceptas de depredaciones, decrecieron de forma paulatina después de la segunda batalla de El Alamein, hasta 1943, cuando los ejércitos aliados lograron tomar el control de toda África y el mediterráneo.
En los meses de 1943 durante la caída de la isla de Sicilia, Mussolini fue arrestado por el Gran Consejo Fascista por orden del rey Víctor Manuel III en un intento por evitar la invasión aliada de la Italia continental. Fue encarcelado en un hotel del área natural del Gran Sasso d’Italia. Adolf Hitler ordenó la operación de rescate mientras invadía el norte de Italia en donde creó la República Social Italiana en contraposición del Reino del Sur, régimen italiano que había realizado un armisticio con los Aliados. La nueva república en teoría representaba la continuación del Segundo imperio italiano, aunque en la práctica funcionó como un estado títere de Alemania.
Mussolini decidió escapar ante la inminente invasión aliada de la República Social Italiana, en 1945. Junto a su amante Clara Petacci y otros altos jerarcas fascistas, intentaron llegar a la frontera con Suiza haciéndose pasar como una delegación diplomática española. En el camino los tripulantes de una patrulla reconocieron el engaño y detuvieron a todo el camión que los llevaba. El partisano Urbano Lazzaro fue el encargado de fusilar el 28 de abril de 1945 a Mussolini. Ninguno de los acompañantes del duce sobrevivió. Luego, sus cadáveres fueron llevados a Milán, en la Plaza Loreto, donde -bajo el beneplácito de las fuerzas de ocupación aliadas- fueron masacrados y colgados.
Las preocupaciones de la comunidad internacional, continúa en su descripción el Diario y Radio de Chile, se hicieron realidad este domingo cuando la coalición de derechas encabezada por el partido neofascista Hermanos de Italia obtuvo el 45 por ciento de los votos en las elecciones de Italia, con lo que queda en la primera posición para encabezar el nuevo gobierno. Nunca en la historia reciente de ese país se había producido una situación semejante.
Según los resultados, la derecha sumaría una cómoda mayoría en ambas Cámaras con Fratelli D’Italia como fuerza más votada -más de un 23 por ciento-, y con la coalición que forma junto a la Lega y Forza Italia con una amplia ventaja sobre la centroizquierda. Así, la coalición de derechas lograría un apoyo de entre el 41 y el 45 por ciento, mientras los partidos de izquierda sumarían entre el 25,5 y 29,5 por ciento de los votos.
Indiscutible, este resultado constituye un desastre para las fuerzas progresistas en un país donde, además de que los últimos gobiernos han sido de centroizquierda, tanto el movimiento obrero como las organizaciones antifascistas han tenido una larga tradición.
La ley electoral italiana favorece a los grupos que consiguen formar coaliciones antes de las elecciones, otorgándoles un número de escaños superior al que deberían obtener según su votación, por lo que se proyecta que la alianza derechista obtendrá más de la mitad de los escaños.
La representante del posfascismo, Giorgia Meloni, ahora pronto en convertirse en gobernante, no teme defender a una derecha pura y dura, se identifica con el lema “Dios, patria y familia”, y promete luchar contra los grupos de presión gay y las “teorías de género”.
A todo esto, debemos de agregarle que los resultados de los comicios italianos se convierten en figura política clave para fortalecer el eje radical de derechas en Europa que pasa por Suecia, Polonia y Hungría.
Día triste para Italia de gran preocupación para el mundo en general y la Europa en particular.