Monserrat Maya/Toluca
Las heridas se han convertido en un problema de salud pública que afecta directamente la calidad de vida de las personas que las padecen y sus familias e incluso ante un mal tratamiento, podrían conducir a períodos prolongados de discapacidad, dolor e incomodidad, además de impedir la realización de actividades básicas.
Aunque las heridas se pueden catalogar de distintas formas, de acuerdo con las características que presenten, existen al menos dos grandes tipos, las agudas y las crónicas, al respecto el médico, Conrado Polanco Ortíz, explicó que las principales diferencias entre unas y otras son: las agudas se generan por un agente externo traumático, su evolución es corta y se curan por completo, mientras que las crónicas se originan por un elemento interno, ya sea por cuestiones metabólicas o por alguna enfermedad base que ocasiona que se retrase o se detenga el tiempo de curación.
Las de carácter crónico están integradas principalmente por algunos tipos de úlceras por presión, úlceras diabéticas, úlceras vasculares, entre otras, por ello reiteró el llamado a llevar un tratamiento vigilado por algún especialista.
El médico recomendó, como una alternativa en el tratamiento, el uso de soluciones electrolizadas de superoxidación con pH neutro, conocidas como SES, como un coadyuvante eficaz de amplio espectro para eliminar bacterias y hongos en tan sólo 30 segundos.
La higiene de la zona a tratar es fundamental para evitar la proliferación de microorganismos nocivos, por lo que, también se aconseja el lavar con agua y jabón neutro, también es importante mantener la herida limpia y seca, además de dejarla respirar para evitar humedad.
“Lo más responsable siempre será acudir con el médico, para evaluar la gravedad situación, sobre todo en el caso de heridas crónicas y quemaduras graves, y así determinar el mejor camino a seguir para conservar la salud y evitar infecciones de manera segura”.
Existen distintos tipos de heridas; pero se pueden diferenciar entre agudas y crónicas, todas requieren de vigilancia medicas.
Entre las heridas más recurrentes se encuentran algunos rapones, quemaduras o lesiones en la piel. Hay otras que requieren de un tratamiento especializado, como el pie diabético.