Septiembre 18, 2024
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La joya de la corona

IMPULSO/ José Rangel Espinosa

La Ciudad de México

La promulgación de la reforma constitucional que extingue al Distrito Federal y crea la Ciudad de México es un acto del Congreso Federal inexplicable y que seguramente será una mascarada para mantener entretenidas a “las izquierdas” y a sus más acérrimos simpatizantes.

 

Digo que es inexplicable porque no se basa en una demanda ciudadana de las 32 entidades federativas, una que beneficie al menos a una. Que yo sepa, no existe tampoco una consulta a la población del extinto Distrito Federal que solicite o al menos justifique el cambio de nombre o realizar un proceso legislativo carísimo para hacer la Constitución local y elevarlo a rango de Estado de la Federación.

Es una aberración lo poco que se conoce del proyecto, en virtud que lo propuesto por los sesudos legisladores perredistas, periodistas chilangos y dos o tres dizque autonombrados intelectuales, en esencia, es crear un Estado igual a los otros 31 en derechos, pero diferentes en obligaciones y con figuras políticas también con denominaciones y funciones a la medida de los amarillos y morenos que saldrían ganones en el reparto de cargos, sueldos y demás privilegios en los concejos de cada demarcación.

Seguramente es otra jugada de Miguel O. Chong rumbo al 2018 para distraer al respetable y para fortalecer sus alianzas personales.

Estuve revisando la integración del grupo de notables para confeccionar la Constitución Política de la Ciudad de México y me deja un profundo sentimiento de preocupación y sospecha de que se van a poner de acuerdo para realizar un mamotreto más en su vida pública.

La razón es que, en este selecto cuerpo colegiado, hay varios sabios y muchos resabios que se han distinguido por sus nulas aportaciones políticas para el desarrollo de México. Por el contrario, se ha empecinado en agredir y deteriorar el prestigio del país en el extranjero.

Estoy de acuerdo en que la Ciudad de México sea un Estado de la Federación, pero igual a los existentes. No hay razón válida para hacerlo de otra forma. La tolerancia y la negociación para hacer las reformas deben tener un límite.

Existen ingenuos que piensan manifestar inconformidades ante el santo Papa, como si no las conociera. Recuerden que la Iglesia Católica es la organización perfecta por varios aspectos que la caracterizan, entre otros, el contar con un sistema de información puntual y confiable. Los shows que van a montar las oposiciones lo único que van a lograr es manchar la imagen de nuestra nación en el mundo. Chiflen, pero a su madre, patria, respétenla.

Twitter @PepeRangel1910

 
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