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DESDE LAS ALTURAS

Por: Arturo Albíter Martínez

  • De nuevo se especula sobre posibles cambios en la administración estatal. Las principales figuras, Ernesto Nemer que sale y Elías Rescala que regresa.
  • Si se concreta salida del diputado Elías Rescala ¿Cómo entender el mensaje que envía el mandatario?
  • Mandar operadores calificados a un PRI en la miseria, sería castigo o parte de un proyecto para controlar al partido y así ¿ganar o entregar la gubernatura?

La especulación sobre posibles cambios en la administración estatal empieza a subir de tono. Algo que se repite desde el año pasado, incluso luego de pasar el Cuarto Informe de Gobierno. Ahora se supone que serán en febrero.

En este momento llama la atención esta especulación porque estamos cada vez más cerca del final de este sexenio, pero sobre todo de la elección de gobernador.

Y la pregunta que se formulan en prácticamente todos los círculos relacionados con la política o los sectores de la sociedad es ¿Entregará el PRI el poder a Morena o va a pelear en serio por retener la entidad más importante?

Ese planteamiento fue más frecuente luego de la pelea que sostuvo el mandatario de Hidalgo, Omar Fayad y el presidente del PRI, Alejandro Moreno, cuando el segundo acusó que el gobernador quería entregarle el estado a Morena.

De inmediato, el Estado de México llamó la atención y es que para nadie es un secreto que el mexiquense se encuentra muy cerca del ejecutivo federal, algunos observan esa relación tan estrecha que dudan sobre la lealtad que el mandatario podría tener con el Revolucionario Institucional.

Por otro lado, parece claro que algunos hombres de confianza del mandatario mexiquense no han funcionado.

Las dos caras de la moneda en el gabinete. En un momento que el tema económico debía tener mayor peso y funcionar al 100%, el titular de Sedeco genera más dudas que soluciones. Pablo Peralta sólo ha demostrado que su novatez no le ayuda al ejecutivo estatal.

En el lado opuesto de la balanza, Ernesto Nemer ha hecho lo que ha podido o hasta donde lo han dejado.

DOS POSIBLES CAMBIOS LLAMAN LA ATENCIÓN

Muchos nombres se manejan entre los posibles cambios, pero dos llaman la atención. El primero tiene que ver con el Secretario de Gobierno, Ernesto Nemer.

Podemos repetir la frase, “para nadie es un secreto” que busca por todos los medios ser candidato a la gubernatura y desde la posición que tiene en este momento, el camino se complica.

Desde el último trimestre del año pasado se empezó a comentar su posible salida. Ese movimiento no sería extraño, pero dejaría un hueco difícil de llenar, al menos por uno de los “hombres de confianza” del gobernador.

El otro, sin duda es el de Elías Rescala. Es un hombre que desde el inicio del sexenio tomó la posición como el principal operador político del ejecutivo estatal.

Parece ser la razón por la cual fue tomado en cuenta para ser el líder de la fracción del PRI. Tenía que existir un equilibrio de poder en el Congreso que fue manejado al antojo de Morena en la pasada Legislatura.

El resultado no es el que se esperaba, una vez más la novatez cobra su cuota. Ya es la mitad de enero y no se tiene aprobado el presupuesto, tampoco se observa un líder con la fuerza necesaria para pactar acuerdos que le ayuden a su jefe.

Incluso al interior del grupo existen divisiones que cada día se hacen más evidentes.

Es un hecho que en febrero ya se tiene aprobado el presupuesto, a pesar de eso ¿Sería una buena idea regresar a Elías Rescala a la administración? ¿Quitar a su hombre de confianza? no parece que exista alguien tan cercano al gobernador para substituir al actual líder de la fracción.

Por otro lado, mandar a políticos o funcionarios al PRI, en este momento, parece más un castigo que un premio. Un partido que luce en la miseria con poca actividad y con un primer priista ajeno no parece la mejor posición.

Tampoco se vislumbra un PRI que de la noche a la mañana tenga la capacidad financiera para revivir y empezar a manejar una estructura, que a menos de un año y medio de la elección se observa oxidada y olvidada.

Controlar al PRI, pero la pregunta es ¿Para qué? ¿Parte de un plan maestro para convertir al tricolor en un partido competitivo o para mantener todo igual y con ello asegurar la enorme posibilidad de entregarle a Morena el poder sin tanta resistencia?

Otra duda más: ¿Los ex gobernadores están contentos con esa posibilidad de entregar el poder? ¿Harán valer su peso para operar con lo que tienen para que gane su partido?