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COMENTARIO A TIEMPO

Por Teodoro Rentería Arróyave

¿Qué estamos haciendo en México? (II)

SEGUNDA PARTE

A continuación, en su discurso que el presidente Andrés Manuel López Obrador pronunció en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas ONU, con el tema genérico de la corrupción en el mundo, se hizo la siguiente pregunta ¿Qué estamos haciendo en México? Así expuso la respuesta:

“Hemos aplicado la fórmula de desterrar la corrupción y destinar al bienestar del pueblo todo el dinero liberado, con el criterio de que “por el bien de todos, primero los pobres”.

Optar por los pobres implica, adicionalmente, asumir que la paz es fruto de la justicia y que ningún país puede ser viable si persisten y se incrementan la marginación y la miseria. Por ello, sostenemos que la solución de fondo para vivir libres de temores, riesgos y violencia, es acabar con el desempleo, favorecer la incorporación de los jóvenes al trabajo y al estudio, evitar la desintegración familiar, la descomposición social y la pérdida de valores culturales, morales, espirituales.

En México podrá llevarnos tiempo pacificar el país, pero la fórmula más segura es atender el fondo, como lo estamos haciendo; por ejemplo, otorgar a los jóvenes opciones de estudio y trabajo para evitar que sean enganchados por la delincuencia. La verdadera victoria sobre las bandas delictivas siempre consistirá en privarlas de su semillero y de su ejército de reserva.

Con este mismo criterio estamos enfrentando el fenómeno migratorio. Las acciones fundamentales no son las coercitivas sino las que incorporan a todas las personas al estudio, al trabajo, a la salud y al bienestar en los lugares en los que nacieron o residen, de modo que no se vean obligadas a abandonar sus pueblos por hambre o violencia y que únicamente emigren quienes deseen hacerlo: que la migración sea opcional y no forzosa; una decisión individual y no un fenómeno de proporciones demográficas.

Hace poco le expuse respetuosamente al presidente Biden una nueva forma de enfrentar el fenómeno migratorio: sin ignorar la necesidad de ordenar el flujo, de evitar el descontrol y la violencia y garantizar los derechos humanos; le propuse aplicar de inmediato en tres naciones hermanas dos programas que nosotros estamos llevando a cabo con éxito en Chiapas, estado vecino de Centroamérica.

Hoy estamos plantando allí 200 mil hectáreas de árboles frutales y maderables y ese programa da trabajo a 80 mil sembradores. Asimismo, en esa entidad del sureste mexicano trabajan como aprendices 30 mil jóvenes que reciben un salario mínimo para capacitarse en talleres, empresas y otras actividades productivas y sociales. Si estas dos acciones se aplicaran de inmediato en Guatemala, Honduras y El Salvador, se podría lograr que permanezcan en sus países unas 330 mil personas que hoy están en riesgo de emigrar por falta de trabajo.

Pienso que estas propuestas deben ser aplicadas por la ONU a fin de ir al fondo de los problemas en los países pobres. Es necesario que el más relevante organismo de la comunidad internacional despierte de su letargo y salga de la rutina, del formalismo; que se reforme y que denuncie y combata la corrupción en el mundo; que luche contra la desigualdad y el malestar social que cunden en el planeta. Con más decisión, profundidad, con más protagonismo, con más liderazgo”.

Todo esto ocurre en el marco de otra estupenda noticia, la Cumbre de América del Norte; Biden, López Obrador y Trudeu se reunirán en la Casa Blanca el próximo jueves 18. La reunión tripartita tiene como meta “reafirmar los fuertes vínculos entre los tres países y marcará una nueva ruta de colaboración mutua”. Algunos medios estadounidenses la han calificado como “La Cumbre de los Tres Amigos”. CONTINUARÁ.