La música y el virus. Luis Flores.
El mundo se detuvo hace casi medio año y a pesar de los esfuerzos por volver a
aquella normalidad que muchos nunca creímos añorar tanto, esto parece casi
imposible por lo que sólo nos queda enfrentarnos al virus de manera frontal,
esperando no contagiarnos en el intento, pues aunque las vacunas hayan sido
desarrolladas en un tiempo tan corto, sabemos que aún no son garantía de
protección total, la variantes siguen surgiendo y vienen con nuevas maneras de
burlar estas defensas, la inmunidad de rebaño no ha funcionado y no hemos
podido adaptarnos como muchos hubieran esperado y nos movemos lentamente
en esa incertidumbre biológica de la cual parece que sólo se saldrá por pura
suerte a nivel individual o por algún suceso imprevisto e impredecible a nivel de
raza, obviamente el virus alteró todas nuestras actividades y maneras de
relacionarnos, el arte y la cultura han sido afectados de manera significativa y la
música de manera particular se ha replegado al ciberespacio donde se han tratado
de encontrar nuevas formas de emocionar a un público que está muy distraído por
cosas como la serie de moda y videos de gatitos, al inicio de la pandemia las
redes se llenaron de videos de todos tipo de músicos desde amateurs a
profesionales, desconocidos o muy famosos haciendo videos aunque fuera con el
celular más básico, creo que nadie esperaba que esto fuese a durar tanto tiempo,
ahora unos meses después las cosas han cambiado y se ha tenido que cambiar
de estrategias, buscando mejores producciones lo cual no está al alcance de
todos, como en todo hubo casos en que un simple teléfono sirvió para conocer a
grandes artistas, pero siguen siendo muy pocos, la mayoría sucumbieron al peso
de lo económico, recuerdo que en los primeros meses de la contingencia alguien
hizo una encuesta entre músicos de alguna orquesta famosa sobre si estarían
dispuestos a cambiar de carrera si esto seguía igual y más de 60% dijo que sí, lo
que en tiempos normales jamás hubiera sucedido, han pasado los meses y sería
interesante saber si alguno de ellos se atrevió a dar ese paso tan drástico, tal vez
músicos de otros géneros no tienen este problema y pueden trabajar en algo más
o siempre lo han hecho, pero los músicos académicos acostumbrados a los
subsidios gubernamentales están en una situación distinta, Jacques Attali dice en
su libro Ruidos, que la música es profética y que lo que pasa en su desarrollo se
refleja después en la sociedad, si eso es cierto creo que nos esperan temporadas
muy difíciles; teatros y auditorios cerrados, conciertos cancelados, plataformas de
streaming que te exigen millones de escuchas para darte solo algunos centavos
nos muestran que la reinvención es obligada, en unos años sabremos cual fue el
camino a seguir.
