Octubre 7, 2024
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Falso Positivo.

Luis Flores.

Siempre me he preguntado cómo mantener la coherencia al escribir,
tengo algunos años de no publicar nada y me siento un poco inseguro
de contar algo que tenga sentido, algo que pueda servir para escapar
un poco a la incertidumbre de estos tiempos oscuros, el virus nos
cambió la vida y las maneras de afrontarla, hemos estado encerrados
por mucho tiempo y la amenaza no desaparece, las pérdidas han sido
dolorosas y nuestra mente sigue sin adaptarse, anhelamos el pasado
próximo y nos frustra no haber aprovechado esos tiempos en los que
podíamos hacer casi cualquier cosa sin miedo a contagiarnos, habrá
que ver las consecuencias que tendrá en nuestra salud emocional la
falta de contacto físico la mutación de nuestras neuronas ante el
estrés constante durante casi año y medio, la atrofia física por estar
sentados frente a una pantalla la mayor parte del día, los estragos en
los pulmones por el uso de cubrebocas durante muchas horas al día,
los daños a la piel por el uso excesivo de geles desinfectantes, el
insomnio persistente, la mala alimentación y aunque algunos de estos
vicios los acarreamos desde mucho antes de la pandemia, ahora se
han ido incrementando y las consecuencias aún están por verse.
Cada quien ha tenido que inventarse su propios métodos para intentar
evitar la debacle personal, algunos se dejan llevar por las teorías
conspiranoicas, otros se han vuelto adictos a la información sobre el
virus que inunda todos los medios de comunicación, otros han hecho
lo contrario y no quieren saber nada y viven en una especie de limbo
informativo que puede ser contraproducente, algunos se volvieron
caminantes obsesivos intentando mantener la condición física
caminando por horas por lugares con poca gente y llevando la cuenta
de sus pasos diarios, otros aprendieron cosas nuevas y prácticamente
adquirieron otro oficio en estos meses, otros han tenido que aceptar
trabajos muy ajenos a sus trabajos habituales, para mantener a flote la
economía familiar, otros más se volvieron adictos a las charlas en
zoom y al principio de la contingencia me sorprendió que muchos de
mis conocidos querían escribir una novela, los meses han pasado y
creo que ninguno lo ha hecho hasta ahora, tal vez nuestro entusiasmo
se esfumó al darnos cuenta que esto parece no tener fin, ahora las
variantes del virus han venido a pulverizar la creatividad y los sueños
de muchos, nos han dicho que tenemos que aprender que esta es la

nueva realidad y que la vida como la conocíamos no regresará y eso
asusta, no sé cómo ni cuándo y en qué condiciones saldremos del
atolladero, pero seguramente lo haremos, espero leer esto algunos
años después y poder reírme de tanta queja inútil.