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Pacificación social desafío de la justicia mexicana

Mínimo el porcentaje de conflictos que resuelve el Poder Judicial, señala el ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, José Ramón Cossío Díaz.

Guadalupe Rosas Suárez/Toluca

Conseguir la pacificación social a través de solucionar el mayor número de conflictos, es el principal desafío que tiene la justicia mexicana, pues es una realidad que en los poderes judiciales es mínimo el porcentaje de conflictos que se resuelven y se requieren más mecanismos de resolución de controversias, consideró el ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, José Ramón Cossío Díaz.

El jurista subrayó que, a los retos tradicionales de marginación y desigualdad, se le han sumado nuevas dificultades sociales generadas por la pandemia como el desempleo, los despidos injustificados, mayor número de pobres, menos oportunidades de desarrollo y falta de firmeza en el combate a la inseguridad, lo cual elevará las controversias y los conflictos entre ciudadanos, situación que frena la paz social.

Al dictar la conferencia magistral: “Los desafíos de la justicia mexicana” organizado por el Poder Judicial del Estado de México, el jurista resaltó la importancia de salir de los esquemas litigiosos, para empezar a encontrar cómo se recupera la mayor cantidad de conflictos para solucionarlos. “En litigios o de forma distinta, pero que tengan resolución para que logren una pacificación social”, enfatizó.

Ante ello, resaltó que no es posible seguir con la idea de que los órganos jurisdiccionales son la única solución o que los jueces son la totalidad de las soluciones.De ahí, la importancia de crear más mecanismos de solución de controversias, mediaciones u otras formas

“Si lo viéramos en porcentajes, del total de conflictos que se resuelven de manera adecuada, es muy poco lo que se soluciona. No por incapacidad de nosotros, sino por el modelo que estamos operando. La mayoría de los conflictos o no se resuelven o se solucionan mal por el modelo judicial que estamos trabajando”, insistió.

En ese sentido, la Judicatura debe realizar una reflexión y llevar a cabo una evaluación de aquello que puede y debe resolver por la gravedad de los conflictos, pero el resto de los temas los debe “delegar”, no por irrelevancia, sino que se construyan los medios para que se le encuentre solución pacífica.

Desde su óptica, la legitimidad para establecer esos mecanismos de solución de controversias sólo debe venir de la Judicatura, como un acto de desprendimiento, porque estamos ante momentos de cambio complicados que se agudizaron por la pandemia y las expectativas de muchos no van a ser satisfechas, por lo que los problemas se acumularán en forma de conflictos.

Sugieren salir de los esquemas litigiosos, encontrar la forma de solucionar la mayor cantidad de conflictos y lograr una pacificación social.