Como fumadores pasivos, los infantes pueden incluso morir debido al humo del cigarro
Guadalupe Rosas Suárez/Toluca
En el mundo, hay más de un billón de adultos fumadores y la exposición de los niños al humo del tabaco resulta inevitable, pese a que contiene 400 sustancias tóxicas que producen enfermedades graves en los menores y, lamentablemente, no hay suficiente conciencia de ello, alertó la neumóloga pediatra del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM) , Deyanira Zapata Alfaro.
“La muerte de un bebé o de un niño que aparentemente era sano, siempre será una tragedia”, subrayó la especialista, quien resaltó que lo ideal es que la gente deje de fumar o por lo menos no hacerlo delante de los niños. Inclusive, si se fuma fuera de casa, al llegar el adulto debe cambiarse la ropa y bañarse, porque el humo del tabaco queda impregnado en el cabello y en la ropa, lo cual también afecta a los menores.
La neumóloga del ISSEMyM, recordó que el tabaquismo pasivo se define como: “la exposición involuntaria de personas no fumadoras al humo del tabaco al convivir con gente consumidora” y, en este aspecto, los niños son los principales expuestos.
De ahí, la necesidad de tomar conciencia sobre el daño que provoca en los niños, porque involuntariamente se convierten en fumadores pasivos. Basta tomar en consideración que 80% de los casos de cáncer pulmonar se asocia al consumo del tabaco; mientras que las personas que conviven con fumadores tienen 30% de posibilidades de contraer esta enfermedad, aun cuando no fumen.
La especialista insistió en la necesidad de salvaguardar la salud de los menores de edad en las diversas etapas de su vida. Desde el embarazo, si una mujer se expone a humo del tabaco es mucho el daño que puede causar al feto, ya que se da una restricción del crecimiento intrauterino que causa nacimientos prematuros. Si al nacer, siguen fumando los papás pueden provocar la muerte súbita del lactante, conocida como la muerte de cuna.
Detalló que la vía respiratoria de los recién nacido es muy pequeña, de milímetros prácticamente. El humo del tabaco causa inflamación y puede llegar a cerrar la vía respiratoria de estos bebés y deje de respirar.
En el caso de los menores de dos o tres años, la convivencia con un fumador provoca que se enfermen constantemente de las vías respiratorias. “Todas las vías respiratorias están cubiertas de unos pelitos que se encargan de movilizar el moco”, para que se mantenga limpia.
Sin embargo, cuando esos “pelitos” llamados cilios están expuestos al humo del tabaco ya no funcionan adecuadamente y no pueden movilizarse las secreciones, mismas que tienden a afectarse y puede causar infecciones de las vías respiratorias.
El problema del tabaquismo y el impacto que causa en los menores de edad es delicado y no debe tratarse a la ligera. En los pacientes asmáticos les puede provocar crisis de asma, infecciones del oído frecuente, autitis media supurado, caries dental.
“Los fumadores ignoran el daño que le provocan a la población infantil”, reiteró la neumóloga, quien consideró necesario tomar medidas para ayudar al fumador a que deje de serlo. Para ello, requiere del apoyo de un equipo multidisciplinario: médico de cabecera, el neumólogo, psicoterapéuta y nutriólogo, porque dejar de fumar les genera mucha ansiedad y después lo quieren compensar comiendo. “Lo principal es querer y comenzar poco a reducir el consumo del tabaco”.
80% de los casos de cáncer pulmonar se asocia al consumo del tabaco.
Las personas que conviven con fumadores tienen 30% de posibilidades de contraer cáncer en pulmones, aun cuando no fumen.
Nacimientos prematuros, muerte súbita de lactante o muerte de cuna son causadas por el humo del cigarro.
