Enero 23, 2025
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Cada año 56 mil madres adolescentes

Ecatepec, Nezahualcóyotl y Toluca, municipios con los indicadores más altos.

: En la entidad uno de cada 5 embarazos corresponde a mujeres menores de 19 años.

Guadalupe Rosas Suárez/Toluca

La maternidad adolescente no es un problema menor, detrás de ésta se encuentra un flagelo social que esconde violencia, pobreza, falta de oportunidades y poca eficacia de los programas de salud reproductiva; cuyo resultado se refleja en el hecho de que México cuenta con una de las tasas de natalidad, entre las mujeres de 15 a 19 años, más altas del mundo con 68 nacimientos por cada mil.

En la Estrategia Nacional de México para la Prevención del Embarazo Adolescente (ENAPEA) se ha establecido como meta reducir la tasa de fecundidad adolescente en 50% y, por otro lado, erradicar el embarazo entre las adolescentes de 14 años o menos para 2030.

Tal desafío no es sencillo, tan solo en nuestra entidad el Instituto de Salud del Estado de México (ISEM) cada año atiende en promedio 56 mil casos. En Edomex, uno de cada cinco embarazos corresponde a mujeres menores de 19 años, siendo los municipios de Ecatepec, Nezahualcóyotl y Toluca, los que reportan los indicadores más altos.

En nuestro país y, concretamente en la entidad mexiquense, urge que los objetivos de la ENAPEA sean alcanzables y que las políticas públicas establecidas para dicho fin den resultado. Lo anterior, porque de acuerdo con las investigaciones del Instituto Nacional de Perinatología Isidro Espinosa de los Reyes, la mortalidad en madres menores de 24 años corresponde a 33% del total.

Aunado a ello, son muchos los riesgos médicos asociados con el embarazo de las madres adolescentes, como hipertensión, anemia, bajo peso al nacer, parto prematuro y un aumento estimado de 2 a 3 veces en la mortalidad infantil al compararse con los grupos de edades entre 20 y 29 años. Tan es así que 80% de los niños hospitalizados por desnutrición grave son hijos de madres adolescentes.

Asimismo, los hijos de madres adolescentes se relacionan con bajo peso al nacer, traumatismo, problemas neurológicos y riesgo de muerte en el primer año de vida, el cual es dos veces mayor que en otras edades maternas. “El hijo de madre adolescente es, sin duda, un niño que causa preocupación ya que se trata de un ser cuyo desarrollo se realiza bajo la dependencia de otro individuo que no ha completado el suyo”, subraya estudio del Instituto Nacional de Perinatología.

La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado el embarazo como una de las prioridades en la atención de las adolescentes, toda vez que repercute tanto en la salud de la madre como en la del niño. “La mortalidad materna del grupo de 15 a 19 años en los países en desarrollo se duplica al compararla con la tasa de mortalidad con el grupo de 20 a 34 años”.

De igual forma, la maternidad adolescente trae consigo conductas de riesgo como la sanción social, discriminación, violencia, humillación y el sentimiento de desvalorización que propician el riesgo de padecer problemas de salud mental.

A dichas dificultades emocionales se suma el consumo de alcohol, tabaco o drogas, que a su vez se relacionan con maltrato intrafamiliar, violencia física, embarazos no deseados posteriores e Infecciones de Transmisión Sexual.

Por ello, la Organización Mundial de la Salud sostiene que el embarazo adolescente es uno de los principales factores que contribuye al círculo de enfermedad y pobreza. Para la madre prematura, en la mayoría de los casos, es muy complicado que pueda continuar con sus estudios o simplemente se cancela su proyecto de vida, con lo cual las oportunidades de progreso personal, social y profesional quedan en segundo plano, mermando con ello su calidad de vida y la de su hijo.

80% de los niños hospitalizados por desnutrición grave son hijos de madres adolescentes.

El embarazo adolescente es uno de los principales factores que contribuye al círculo de enfermedad y pobreza.

OMS