Noviembre 25, 2024
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Cuentos para Presidentes

¿El último Trump?

Rodrigo Sandoval Almazán

El afamado internacionalista el doctor Perez-Ha terminaba su conferencia magistral sobre los Estados Unidos de América en el siglo XXI. Su auditorio compuesto por académicos, dirigentes políticos e incluso jefes militares habían quedado entusiasmados al escuchar su análisis de los acontecimientos históricos que habían ocurrido 50 años antes; ahora eran anécdotas en un mundo integrado y con mayores contrapesos politicos que antes.

Uno de los asistentes, el peruano Simon Olaguirre, se levantó de su asiento dispuesto a preguntar. Sus palabras se escucharon en toda la sala, “Dr. Perez-Ha, gracias por su exposición, pero me queda una duda. Al término de la administración de Donald Trump ¿Por que no hubo otros políticos herederos del Trumpismo, que tomaron el poder?”

Todos voltearon la mirada al Perez-Ha quien regresaba al atril de cristal para contestar. Las grandes pantallas flotantes se llenaron de imágenes compartidas con la imagen del expositor y rostros de varios políticos norteamericanos, entre ellos Ted Cruz.

En realidad, comenzó diciendo el conferencista, la era Trump no se terminó con su derrota en las urnas, ni tampoco con la posibilidad de no poder repetir en la Casa Blanca. Ted Cruz, a quien ustedes ven en las pantallas, fué uno de los que logró heredar todo el capital político logrado por Trump, incluyendo el discurso populista y de odio que había en el partido republicano. La mitad de ese país ya estaba infectado con el virus del odio y de la discriminación; la otra mitad quería mantener el orden, su estabilidad y su poderío económico.

El ultimo Trump no apareció sino hasta hace un par de décadas que logramos transitar de esa idea del viejo régimen populista en los Estados Unidos hacia un contrapeso mundial mucho más seguro, más equilibrado, donde si bien tuvimos que ceder parte de nuestra soberanía hemos podido construir sociedades más justas y prósperas al compartir objetivos comunes, como la conquista de la Luna o de Marte, y logramos terminar con esos líderes fascistas que buscaron dividir el mundo en su momento.

Una de las asistentes, Mina Ying-Hu, le preguntó al profesor Perez Ha: “¿Qué sucedió con los líderes que tomaron el capitolio para tratar de impedir la ratificación de Joe Biden?” Esa es una pregunta interesante, ministra Ying-Hu, contestó el doctor, muchos de los líderes quedaron en el “anonimato” que les proporciona la tecnología de redes sociales de aquella época, algunos de ellos como Tim McGrave, se ocultaron en los desiertos de Arizona para armar una milicia que se convirtió en guerrilla o “terrorismo interno” como lo llamaron los oficiales norteamericanos.

Dicha guerrilla fue el dolor de cabeza de Biden y Harris, hasta que terminaron sus respectivos periodos y lograron dar con todos estos insurrectos que llevaron a la cárcel, aunque se dice que muchos de ellos fueron asesinados o desaparecidos por las distintas policías norteamericanas (FBI, Servicio Secreto, la CIA incluso). Sin embargo, el legado de McGrave, influyó en varios congresistas de ultra derecha y la formación de un grupo sólido de políticos republicanos que apoyaron a varios líderes adoptando el discurso del odio de Trump.

La toma del capitolio fue un parteaguas que definió a muchas personas que posteriormente hicieron grupos radicales, intentaron construir un partido político y un movimiento parecido al “tea party” algunos lograron su cometido y otros fueron reprimidos; como el caso de Patricia Dure, según su alias, fundó varias organizaciones basadas en la conspiración del QAnon que continuaron teniendo un gran impacto en la web oscura. Pero nunca prosperó más allá del rumor y algunas marchas en ciertos estados con mayor presencia.

La última pregunta del día la hizo Richard Ho, uno de los académicos más renombrados  invitados a la charla, de seguro él ya conocía la respuesta, pero de todas formas formuló su pregunta enigmática: “Estimado Dr. Perez- Ha, ¿Podemos esperar más tipos como Donald Trump en el mundo?

Perez-Ha le sonrió. Sabía que la pregunta tenía un fin político: acallar los rumores de que la historia podía repetirse cincuenta años después con otro político, el ahora candidato mexicano-judio que encabezaba las encuestas: Pepe Krauze.

Sí, le respondió enfático el conferencista. Sí puede existir otro Donald Trump en cualquier parte del mundo, en cualquier democracia si nosotros lo dejamos crecer. El caso de Trump, Bolsonaro, Pablo Iglesias, López Obrador y tantos otros políticos es el resultado de haber dejado crecer el discurso populista, la ideología del odio, la supremacía, el divisionismo de las sociedades, para dar paso a una especie de mesías o salvador que termine con el status quo, que al final permita construir un nuevo orden social acorde con sus ideas retrógradas para concentrar poder.

No hay último Trump. Como no hubo último Hitler, Mussolini, ni Franco. Si la humanidad no aprende la lección de la historia, seguiremos regresando como un círculo vicioso por los caminos de la injusticia que nos traen graves consecuencias, difíciles de arreglar en el corto plazo y que generan las condiciones para que florezcan este tipo de líderes sociales.

La audiencia guardó silencio. Después un nutrido aplauso le devolvió la chispa a Perez-Ha, sabían que sus palabras habían calado hondo en las mentes de muchos, algunos estaban de acuerdo, otros se mostraron escépticos con su argumento. De hecho, por eso habían pedido su conferencia en la sede de Naciones Unidas, además de compartirla en directo al resto del mundo vía internet.

El tiempo pasó y le dió la razón a Perez-Ha. Ganó la elección Pepe Krauze por amplia mayoría, pero los nuevos contrapesos políticos no le dejaron convertirse en el déspota, el totalitario, el populista que hubiera querido, tal vez la humanidad había aprendido la lección, corría el año 2072.