Enero 12, 2025
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Lara Zavala en novela rinde tributo a la vejez

IMPULSO/ Agencia SUN

México

Hay en Macho viejo, la nueva novela de Hernán Lara Zavala, una reflexión sobre la aventura de la vida y una conciencia de la muerte.

Hay una relación pacífica de los seres humanos con los animales; hay una pasión por la naturaleza y por el amor, hay una energía por la amistad y un homenaje al mar. “No podemos olvidar que el mar constituye tres cuartas partes del planeta tierra y además se supone que ahí empieza la vida”, señala el narrador y profesor universitario.

En la tercera novela del escritor nacido en 1946 hay una reminiscencia de El viejo y el mar, de Hemingway; cierta remembranza a Moby Dick, de Melville; una alegoría a La línea de sombra, de Conrad. Tiene que ver con las lecturas de Hernán Lara Zavala, las del lector común y las del profesor en Letras Inglesas en la Facultad de Filosofía y Letras de las UNAM.

También tiene que ver con la etapa de vida en la que se encuentra, con su cercanía con la península de Yucatán, con los amigos, la amistad, el amor y la vida; con la inspiración que le dio la lectura de los tres volúmenes de Roberto Cortés Tejeda, titulados Puerto Escondido, narraciones y vivencias del viejo; Las historias del viejo en Puerto Escondido, y Puerto Escondido: Había una vez un paraíso, que puso en sus manos su amigo Tomás Arnábal, libros que lo llevaron a crear a su protagonista, Macho Viejo, y a situarlo en un idílico Puerto Marinero.

“En esta novela está la vida y el mar, y entonces el protagonista, Ricardo Villamonte, que se le conoce con el nombre de Macho Viejo, es un hombre que no conocía el mar, y cuando lo conoce se enamora del mar y siente la fuerza y la energía que el mar le proporciona, pero la diferencia en relación a un personaje como el de El viejo y el mar, de Hemingway, es que donde él veía a la naturaleza como algo para combatir y dominar, aquí más bien está la naturaleza para aceptar y para amar”, afirma Lara Zavala en entrevista.

El también autor de Península, Península y Charras asegura que su novela publicada por Alfaguara es, en ese sentido, un poquito más ecológica, más en comunión con la naturaleza, porque es un poco el mundo que nos ha tocado vivir. “Tenemos que aceptar a los elementos, aceptar a los animales, no combatirlos, antes se veía el combate como parte de una ostentación, ‘ya pesqué a este gran pez’, que es lo que hace Hemingway en El viejo y el mar, dice ‘ya lo dominé’, aunque luego otros elementos de la naturaleza lo dominan a él y por eso cuando llega al final del viaje el viejo dice ‘podrán derrotarte, pero no podrán vencerte’”.

Pero aquí en su novela no hay esa ostensión, más bien está la comunión, es un poco una novela que es anti El viejo y el mar, aunque los dos personajes son viejos. “El otro día, Sergio García Ramírez me dijo ‘¿por qué le pones viejo si apenas tiene 65 años?’, le dije que ahora a los que tenemos más de 60 años ya nos dicen tercera edad, también es verdad que la edad se ha prolongado. Me gusta pensar que un hombre entre los 60 y los 80 es un hombre en plenitud, y esto también es un elemento que tengo aquí”, dice el autor.

La línea de sombra. Sin pensar siquiera en hacer una historia de superación, Macho Viejo es para Hernán Lara Zavala la oportunidad de contar una serie de historias que pueden tocar las vidas. “Yo espero que logren cambiar un poquito la visión del lector frente al mundo, frente a la virilidad, frente al amor, frente al propio mar. Al mar hay que tenerle mucho respeto”, dice el narrador que decidió que su protagonista se encuentre en la línea de sombra de que nos da la vida.

“Quise escribir esta novela en un ambiente rural, que es donde te puedes hacer ciertas preguntas un poco más existenciales, porque en las ciudades es más complicado, aquí son cosas más cercanas a la existencia más vital, el respeto a los animales, el respeto a la naturaleza, la relación amorosa, el luchar por aquello que tu amas. Es una reflexión un poquito sobre la vida en general, me centro mucho en la medicina, me centro mucho en la primera juventud, me centro en la parte del amor de Ricardo y Rosa y toda la parte final es una reflexión de asumir la vida a una cierta edad con la inevitable presencia de la muerte”, dice el director de la colección Nuestros clásicos.

Hernán Lara Zavala apela a La línea de sombra, de Joseph Conrad, que es el paso de la edad adulta a la vejez, en tiempos de Conrad la línea estaba entre 35 y 40 años, pero hoy la línea de sombra está entre los 60 y los 65 años. “La línea de sombra es de la juventud a la vejez. Y el mar te da la sensación de bastedad. El mar hace que el mundo sea como un microcosmos, a veces el microcosmos es un barco, el de Moby Dick, el de El viejo y el mar también, que creo que es la novela que yo traté de emular. Están también todos los relatos de Stevenson, que también hablan del mar, por ejemplo, La isla del tesoro, pero sobre todo es una reflexión sobre la virilidad, la vejez, el amor, un poco la amistad, la enfermedad y la aceptación de la muerte, yo diría que esa es la clave de toda la novela, porque al final la soledad del viudo, los achaques empiezan y entonces uno tiene que asumir la muerte, eso es lo único que sí sabemos que nos va a ocurrir, que un día nos vamos a morir”, señala.

Macho Viejo es una novela sobre la vida, pero también es una novela sobre el tiempo final.

 
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