Por Alberto Aziz Nassif
Investigador del CIESAS
Detuvieron a César Duarte (exgobernador de Chihuahua) con fines de extradición en Florida, y viene Emilio Lozoya (exdirector de Pemex) de España, después de una larga búsqueda. Estas dos importantes piezas forman parte de un gran rompecabezas de corrupción que se construyó como un régimen. Como un sistema de actores, reglas, estrategias y recursos que se movieron al margen de la legalidad, mediante acuerdos y pactos secretos, como una forma de operar que llegó a un extremo gigantesco durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
El “nuevo PRI” terminó en 2018 en una derrota política y electoral de dimensiones históricas; pagó en las urnas la etapa de decadencia emblemáticamente representada por un grupo de gobernadores acusados de corrupción (Borge, los dos Duarte, Vallejo, Medina, Granier, Sandoval, Anguiano, los Moreira, Torre, etc.) algunos en la cárcel o ya libres, otros en investigación y unos más en procesos de extradición. El sexenio de Peña logró la mezcla perversa de partido y gobierno, y drenó recursos públicos para favorecer electoralmente al tricolor. Un ejemplo fue la famosa operación Safiro (con s) que operó en varios estados, entre ellos Chihuahua (cuyo monto fue de 246 millones de pesos). Hubo otras operaciones fraudulentas como la “estafa maestra”, de la que está acusada Rosario Robles, a pesar de que falta detener a la red que la manejaba. El manejo del dinero público en el sexenio pasado también tuvo su sello político para premiar y castigar desde la Secretaría de Hacienda a las entidades federativas. Estas son sólo algunas expresiones de ese régimen.
En el caso de Chihuahua existe una larga historia detrás de la detención de Duarte el pasado 8 de julio. Se inicia con la denuncia que hizo el abogado Jaime García Chávez allá en septiembre de 2014, en contra del Banco Unión Progreso, que formó el entonces gobernador. Siguió el movimiento social “Unión Ciudadana”, que impulsó una demanda de justicia en contra de la corrupción de ese gobierno. Vino después el triunfo electoral de Javier Corral en 2016 y la estrategia jurídica “justicia para Chihuahua”, de donde se surgieron 23 detenciones del equipo duartista y 21 órdenes de aprehensión contra Duarte, por un monto aproximado de 5 mil millones de pesos (Víctor Quintana, La Jornada, 10/07/2020). Otra parte que contribuye en este largo camino fue, sin duda, el triunfo electoral de AMLO y su compromiso para apoyar la extradición del exgobernador, con lo cual se cayó el manto protector del peñismo sobre Duarte, que ya tenía tres años prófugo en Estados Unidos.
Con la detención de Duarte no sólo se trata de hacer justicia sobre lo que pasó en el pasado, también habrá repercusiones en el presente y futuro inmediato. Resulta impresionante no sólo la fortuna que amasó Duarte en propiedades, desvíos, empresas fantasmas, sino también en la red de protección que corrompió a políticos, periodistas, funcionarios, etc. para comprar silencio y complicidad. En la conferencia de prensa del gobernador Corral del pasado 9 de julio mencionó a uno de los integrantes de esa nómina secreta, el senador por Morena, Cruz Pérez Cuéllar, hoy aspirante a la gubernatura del estado, como un caso que ya se encuentra judicializado. Llama la atención también que el vocero del obispado en Chihuahua (Gustavo Sánchez Prieto) salga a pedir justicia y oraciones para Duarte. ¿Qué más veremos en los próximos días y semanas de este caso que tendrá todavía muchos capítulos? ¿Se hará justicia? ¿Se regresarán los bienes robados?
La pregunta que circula hoy es si todas las piezas se podrán juntar para tener un proceso penal de grandes dimensiones que desarme completamente el régimen de corrupción del peñismo, en donde estaría como centro estelar el expresidente Peña y su mano derecha, Luis Videgaray, que formaron esa maquinaria. México llega tarde, en comparación con otros países de América Latina, para tratar, por ejemplo, la corrupción del caso Odebrecht, y los demás abultados expedientes de corrupción que esperan la acción de la justicia. ¿Será el derrumbe del régimen de corrupción? ¿Habrá un macroproceso? Veremos…
Twitter: @AzizNassif