Agosto 15, 2024
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Gabriel Vargas, caricaturista que plasmó la vida del barrio citadino en sus historietas

A 10 años de su deceso, la obra del ilustrador continúa siendo un referente de la cultura popular en México
IMPULSO / Redacción
Cuando el dibujante hidalguense Gabriel Vargas Bernal aceptó el reto de crear una historieta que tuviera como personaje central la figura de una mujer, no imaginó que su obra más famosa, La Familia Burrón, se convertiría en símbolo de identidad de los mexicanos al mostrar, a través de sus personajes, la diversidad social, la cotidianeidad y el colorido de los barrios urbano-populares capitalinos.
La Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) recuerdan al historietista fallecido el 25 de mayo de 2010 en la Ciudad de México, quien solía afirmar: “Hay que hacer reír al pueblo porque la risa es alimento del alma”.
Vargas Bernal, originario de Tulancingo, Hidalgo, donde nació el 5 de febrero de 1915, desde temprana edad se destacó como dibujante. En 1930 ganó el segundo lugar en un concurso internacional de dibujo celebrado en Osaka, Japón, y rechazó una beca para estudiar diseño en París, empleándose como ilustrador en el periódico Excélsior, donde a los 17 años ocupó la jefatura del Departamento de Dibujo.
El despegue de su carrera
En el marco de la campaña “Contigo en la distancia” se recuerda que en su juventud, Vargas Bernal creó la historieta Los súper locos, en la que nacieron los personajes Jilemón Metralla y Bomba; luego aceptó el reto de crear una revista con una mujer como personaje central, así nació La Familia Burrón, publicación que llegó a tener un tiraje semanal superior a los 500 mil ejemplares.
En la historieta, publicada originalmente en 1948 como El señor Burrón o Vida de perro, rescató el lenguaje de los barrios capitalinos; creó alrededor de 60 personajes, entre los que destaca Borola Tacuche, Don Regino Burrón, Regino y Macuca Burrón Tacuche; El tejocote, Fóforo Cantarranas y Wilson, el perro.
Con el tiempo, las frases de sus personajes se hicieron parte del lenguaje coloquial, por ejemplo: “¡A mover el bigote!”, “¡Está de rechupete!”, “¡Está bien chipocludo!” o “¡Vete de volada a comprar las tortillas!”, entre otras; asimismo, dio vida a las revistas de dibujos Los chiflados, Las del doce, Pancho López y Sopa de Perico, por mencionar algunas.


Tras una década de no publicarse regularmente La Familia Burrón, el Centro Cultural Pedregal y el Museo del Estanquillo / Colecciones Carlos Monsiváis comparten una muestra que reúne reproducciones digitales.