Las autoridades de los tres niveles de gobierno se han visto en las últimas dos décadas rebasados por la delincuencia obligándolos a sacar a los elementos del ejército y marina a la calle para brindar seguridad.
Miguel Á. García
El especialista de la facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEM, Marco Aurelio Cienfuegos Terrón, indicó que una inseguridad que ha rebasado a las autoridades, así como una estrategia fallida para contener la violencia fueron los motivos que impulsaron el decreto presidencial que deja al Ejército y la Marina en actividades de seguridad pública al menos durante los próximos cinco años.
De acuerdo con el especialista esta tendencia negativa que no frena su alza, llevó a esta resolución; argumentó que tan solo en el 2019 se registraron cerca de 35 mil homicidios dolosos en el país muestra del fracaso que se tiene, y de una pandemia también en materia social que carcome el país.
Advirtió con ello que se mantiene el riesgo de la militarización del país, así como más violaciones a los derechos humanos.
“Yo orientaría estas estrategias, hay que tener mucho cuidado, a la profesionalización de estos mandos para evitar que se genere una militarización y se corran riesgos sobre todo la vulnerabilidad de los derechos humanos”.
Frente a este escenario, dijo, actualmente el Estado no puede dar un viraje a la estrategia de seguridad como lo había prometido el presidente, esto cuando no existe registro de una estrategia parecida de militarización que haya tenido éxito en la generación de la paz.
“Ha sido una de las críticas más importantes de su campaña rumbo a la presidencia el regresar el Ejército a los cuarteles una dura crítica a los gobiernos anteriores y seguramente las condiciones que se están viviendo le obliga a un reacomodo en la estrategia nacional colocando ellos hablan de una coordinación de la guardia Nacional con las fuerzas policiales para poder atender los problemas de inseguridad”.
Cuestionó que esta resolución se haya concretado en marco de la emergencia sanitaria que vivimos, además de que tampoco se define de forma clara que actividades realizará en la Guardia nacional de la cual hasta el momento su eficiencia y labor ha sido nula.
La determinación advirtió expone una vez más al Ejército como una de las instituciones con mayor credibilidad y confianza entre las familias, pero la cual se está perdiendo.
“Yo orientaría estas estrategias, hay que tener mucho cuidado, a la profesionalización de estos mandos para evitar que se genere una militarización y se corran riesgos sobre todo la vulnerabilidad de los derechos humanos”.
