IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
El dólar caro disparó los precios de aparatos electrónicos a ritmos no vistos en los últimos 16 años, y analistas reiteran que la depreciación cambiaria es el principal riesgo para la inflación en este año.
De acuerdo con cifras del Inegi, los precios de aparatos electrónicos se incrementaron 0.77% en la primera mitad de enero con respecto a la segunda de diciembre de 2015, lo que implicó el mayor aumento a tasa quincenal desde los primeros 15 días de febrero de 2000.
Con relación a la primera quincena de enero de 2014, los electrónicos subieron 3.77% y representó su variación anual más alta desde 2010 para un periodo similar.
Los productos electrónicos que cuantifica el Inegi son televisores, computadoras, equipos y reproductores de audio y video.
Los reproductores de video tuvieron un repunte quincenal de 1.44%, el más acelerado desde la primera mitad de noviembre de 2013. Le siguieron televisores, al encarecerse 1.42% contra la quincena inmediata anterior, en tanto que los equipos y reproductores de audio registraron un alza de 0.48%.
Las computadoras fueron los únicos electrónicos que bajaron de precio, 0.03% quincenal.
El dólar al menudeo culminó el año pasado en 17.53 pesos y al cierre del 15 de enero cotizó en 18.55, un repunte de 1.02 unidades, el más alto en la historia del país para un periodo similar, según Banamex.
La inflación general presentó un aumento quincenal de 0.03% en la primera mitad de enero, por debajo de 0.10% previsto por analistas, resultado de menores precios de gasolinas y electricidad, así como de tarifas móviles y aéreas.
En su comparación anual, los precios al consumidor repuntaron 2.48%, tras acabar 2015 en mínimos sin precedentes de 2.13%.
Arturo Vieyra, analista de Banamex, reiteró que el dólar caro va a ser el principal impulsor de la inflación durante 2016, pues estima mayor evidencia en los próximos meses del traspaso de la depreciación a los precios al consumidor.
En 2015, expuso, las caídas en los precios internacionales de las materias primas, las fuertes reducciones en las tarifas de electricidad y gas natural, permitieron a las empresas contener el impacto de la depreciación cambiaria sobre los costos de producción, y por tanto sobre la inflación al consumidor.
