Septiembre 18, 2024
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ENTRE VISIONARIOS Y VISIONUDOS

Luis Ángel Sánchez R.

Porqué tenemos que sufrir…

P.D.

Lo único que dejó en claro la movilización feminista del domingo pasado es que quienes salieron a “manifestarse” carecen de civilidad, y con ello no me refiero “buenas costumbres”, sino a lo más elemental del ciudadano, la conciencia de lo correcto e incorrecto de acuerdo a un Estado de Derecho y aún más, a un sentido elemental de congruencia porque, como ya se sabe, las “feministas” atacaron a mujeres con bombas molotov.

Y es que según la “tarjeta informativa”, dada a conocer ayer por la Secretaría de Seguridad Ciudadana, las mujeres policías que fueron atacadas por “los-las” manifestantes el domingo pasado están en recuperación pero -y eso es de subrayarlo “marcadamente”-, presentan quemaduras de segundo y hasta tercer grado, así como una mujer periodista, porque a “las-los” manifestantes, insisto, les pareció buena idea aventarles bombas molotov, y hago énfasis en lo de “mujeres policías y mujer periodista”, porque siendo “feministas” lo más absurdo es que atacaran a mujeres, con lo que evidenciaron una total anarquía y eso es algo que nos afecta a todos, hombres, mujeres, niñas y niños…a todos.

Queda claro que la postura de nuestro Presidente en el sentido de no caer en provocaciones, como él mismo lo dijo, es plausible precisamente porque la situación pudo –puede- llegar a más, porque violencia hubo en casi todas las capitales del país, pero también así resulta un tanto cuestionable el respeto y ejercicio del Estado de Derecho, porque eso de dejar que simplemente “hagan lo que quieran”, es una forma de impunidad y quizá la más criticable porque conlleva un daño directo a la ciudadanía y a nuestro patrimonio que es el de todos los mexicanos…digo, ¿POR QUÉ TENEMOS QUE SUFRIR LAS CONSECUENCIAS DE LA ANARQUÍA DE ALGUNOS-AS…?

Incluso y al respecto de la participación del gobierno en la formación ciudadana y ya que estamos en esta Cuarta Transformación política, jurídica y social del país, bien valdría un acto de congruencia con el concepto “transformación”, tanto de forma como de fondo. En este caso, si se ve con objetividad, dejar sin castigo o simplemente permitir esto de las manifestaciones como se está haciendo es una omisión que afecta el Estado de Derecho, esto es, lo que ordenan las leyes mexicanas, y obliga a cuestionar al gobierno con respecto a su labor educativa, encomendada por el artículo 3º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, particularmente en lo que se refiere a que –cito-: ”La educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria, el respeto a los derechos humanos…”.

Ello cobra mayor importancia aún, no solo por el “deber ser” de nuestro gobierno en materia de educación a través tanto de las escuelas como de cualquier medio que resulte eficiente para ello, sino porque evidentemente hay una gran carencia de conciencia ciudadana, de lo contrario ya habrían más voces verdaderamente “ciudadanas”, que estarían reclamando no solo un “alto a la violencia contra las mueres”…sino contra los niños y todo ser vivo (incluyendo a policías y reporteros “mujeres u hombres”)…sino principalmente un respeto irrestricto al Estado de Derecho cuya función es la de conducir la conducta individual en beneficio del colectivo, más allá de intereses y situaciones políticas, ya sea de “conservadores, liberales, rocanroleros u lo que resulte”…¿No cree Usted, amable lector?

P.D. La devaluación del peso ante el dólar (23 peso al cierre de esta edición) y la carencia de programas y acciones concretas y concatenadas, es decir, proyecto específico y ordenado de desarrollo para la Cuarta Transformación mexicana si bien se nos olvidó –olvida- por este tipo de “situaciones”, debieran ser detonantes de la atención sobre, precisamente, la necesidad de un nuevo modelo para el Estado Mexicano, del cultivo de una renovada cultura  elaborado o dirigido, al menos, por el gobierno y sus personajes…ése es el trabajo para el que les eligió-contrató la mayoría ciudadana y para eso se les paga y nada poco, por cierto; pero así también toca al ciudadano verificar los resultados…¿O no, amable lector?                                                                                                              …………………………………………………………………………[email protected]