IMPULSO/ Miguel A. García
Toluca
“Cuando cursé mi servicio social de bachillerato me tocó estar en un hospital y fue cuando me nació más el amor por la medicina”. Es la voz de María Asunción, doctora del instituto Mexicano del Seguro Social quien a unas horas de que concluya el año se alista junto con los médicos de su sección para lo que será la guardia de la noche del 31 de diciembre, en el año nuevo.
Detrás del ambiente de fiesta, de los abrazos, los buenos deseos que florecerán en la mayoría de las familias, indica otros deberán estarán en guardia para brindar ayuda en caso de alguna emergencia, sin importar que les tocará estar lejos de sus seres queridos.
“Muchas veces guardias de navidad a veces no nos da tiempo de una llamada telefónica estamos entregados a los pacientes a los derechohabientes a la derechohabiencia nos olvidamos de nosotros mismos nos olvidamos de comer tan solo de darnos un abrazo entre compañeros por lo saturados de los servicios sobre todo en el área de urgencias”. Reconocen que si bien la vocación se mantiene firme los sacrificios están presentes y son sus familias quienes más lo padecen.