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IMPULSO/ Ciudad de México
: La antropóloga, especialista en estudios de diversidad Yesenia Peña, considera que en las investigaciones se deben evidenciar las desigualdades e inequidades sociales y legales que se viven.
Erradicar la violencia hacia las mujeres y niñas es un proceso largo que requiere de un cambio de sistema (político, económico, social y cultural). Las instituciones, en términos políticos, se han centrado en medidas propositivas y compensatorias que contribuyen a reducir la desigualdad estructural entre mujeres y hombres; sin embargo, en la actualidad existen escenarios de violencia que están rebasando las acciones implementadas por los gobiernos para disminuir la generación de las múltiples caras de la violencia hacia ellas.
La antropología desde sus campos teóricos y metodológicos permite comprender cómo las diferencias biológicas entre los sexos se convierten en desigualdades sociales, las cuales limitan el acceso equitativo de mujeres y hombres a los recursos económicos, políticos y culturales.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) genera investigaciones que permiten reflexionar y plantea diálogos para el entendimiento de los procesos de construcción del orden social y del cómo nos convertimos en sujetos sociales desde el sentido de la pluralidad jurídica y el sistema capitalista y global que opera, el cual se encuentra en la base del problema de la reproducción de la violencia, considera todo lo anterior, la también feminista Yesenia Peña Sánchez, fundadora de la Semana Cultural de la Diversidad Sexual del INAH e investigadora de dicha institución.

En ese sentido, señaló la experta en estudios de género y sexualidad, “podemos contribuir a generar datos, diagnósticos, etnografías sobre las narrativas del poder donde la violencia se considera una estrategia de mayor empoderamiento, la cual buscaba invalidar la razón o aprovechar la vulnerabilidad existente o creada hacia las mujeres y niñas para subordinarlas y excluirlas, por ello, es de relevancia desnaturalizar este tipo de violencia cuyas diferencias entre hombres y mujeres se ven como naturales, dogmáticas y esencialistas.

“Podemos rescatar la experiencia de las mujeres en los ámbitos económico y político, y potencializar su voz en la sociedad y analizar cómo se dan los procesos de construcción de la violencia en torno al sexo, género e identidad”. Yesenia Peña / Antropóloga

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