IMPULSO/ Teodoro Rentería Arróyave
LA CUARTA TRANSFORMACIÓN Y LOS MEDIOS II
SEGUNDA PARTE
Al continuar con esta serie sobre la tesis presentada por el maestro en periodismo, José Arnulfo Domínguez Cordero, para su ingreso como académico a la Academia Nacional de Historia Geografía, ANHG, patrocinada por la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, cuyo título tomamos para estas entregas, es de precisarse que después de referirse a los gobiernos panista, llamados de la alternancia, continuó con las siguientes reflexiones:
En el regreso del priísmo, con Enrique Peña Nieto, explicó, se mantuvo en términos generales el esquema de trabajo, aunque en la visión de algunos colegas este Presidente fue distante de los medios de comunicación, consideran que sus encuentros fueron escasos y poco productivos.
Yo puedo aportar aquí mi visión personal, puesto que trabajé los últimos cuatro años en el equipo de comunicación social de la Presidencia, como Director General de Medios Estatales, y pude participar en los esfuerzos por mantener una relación seria, profesional y eficiente con los dueños y directores de los medios de comunicación de las entidades federativas.
Al abordar las políticas de comunicación del actual Gobierno federal, Domínguez Cordero, afirmó, que “Ahora las cosas han cambiado…Y es absolutamente lógico y explicable que hayan cambiado… A la cabeza del Gobierno está un hombre distinto a sus antecesores; consecuentemente el estilo de gobernar es diferente”.
Permítanme aquí hacer un subrayado; “los periodistas en México no están en contra del Presidente del país…No lo están por la sencilla razón de que un periodista no puede estar en contra ni a favor de nadie; su trabajo no es encomiar o criticar a alguien…el trabajo del periodista es reportar lo que hace o dice la figura pública”.
“Esto mismo hace el analista que se comunica con la sociedad a través de los géneros de opinión… Si bajo su perspectiva lo que hace o deja de hacer el responsable de una tarea pública no es suficiente o parece equivocado, tiene el derecho y la obligación de señalarlo, aunque esto le signifique la animadversión del grupo en el poder y que lo coloquen dentro de círculos de colores, por ejemplo, el rojo.
A partir del primero de diciembre del año pasado, sostuvo, estamos frente a un ejercicio comunicacional diferente, inédito y que todavía no se puede evaluar en términos de eficacia y penetración.
“Me refiero, agregó, específicamente a la decisión del Presidente Andrés Manuel López Obrador de ofrecer una plática diaria ante un grupo de personas, no todos periodistas, a una hora inusual, por eso le dicen ‘la mañanera’.
Es cierto que este esquema lo puso en práctica el mismo López Obrador cuando ocupó el cargo de Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, con resultados alentadores, según su intención de marcar agenda y ocupar los espacios informativos desde las primeras horas del día, pero a pesar de ser la capital del país, sus efectos se sentían sólo en una entidad federativa.
Ahora lo que se dice en las mañaneras tiene alcance nacional; por supuesto que logra fijar la agenda informativa de los medios de comunicación durante el día, aunque ya en su calidad de Presidente del país es casi lógico y explicable”. CONTINUARÁ.
