IMPULSO/Agenia SUN
Ciudad de México
El billete de 200 pesos cambió hace un par de días, pero sólo de imagen, porque en la práctica este papel sirve para comprar la mitad de productos y servicios que hace 10 años, por la inflación acumulada desde entonces.
Este billete ha perdido 47% de su poder adquisitivo desde julio de 2009 a la fecha, de acuerdo con la inflación medida por el Índice Nacional de Precios al Consumidor del Inegi.
Significa que el billete de 200 pesos de hoy permite comprar el equivale a 106 pesos de hace una década.
La inflación se ha encargado de reducir el valor no sólo de este billete, sino de todos los que circulan en la economía, incluyendo las monedas.
Este fenómeno se hace evidente en el precio de los alimentos para satisfacer las necesidades básicas de un hogar.
En julio de 2009, una familia que vivía en las zonas urbanas del país podía comprar los siguientes alimentos por 200 pesos:
Se trata de precios promedio de alimentos que incluye la canasta alimentaria del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
La inflación en los alimentos perjudica más a los hogares pobres, principalmente a los ancianos, porque estas personas deben gastar una mayor proporción de sus ingresos en alimentos que la población general.
La carestía de los alimentos reduce el ingreso real de los más vulnerables, situación que trae graves consecuencias en materia de nutrición y salud, de acuerdo con el Banco Mundial.
Desde hace un cuarto de siglo, la Constitución establece que el Banco de México (Banxico) tiene como obligación principal “procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional”, es decir, la estabilidad de precios o una inflación baja.