IMPULSO/ E. F. Gallardo Sánchez
Joaquines
Pues, finalmente, el Gobierno federal, a través de la Secretaría de Marina, logró recapturar a Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como el “Chapo Guzmán”.
Seguramente, se trata de uno de los delincuentes más buscados en el mundo. Seguramente, al paso de los días, saldrán presuntas filtraciones de que en su captura participó personal de la DEA estadunidense.
Seguramente, los suspicaces de siempre dirán que sólo se trata de una cortina de humo para cubrir la negrura del panorama económico. Ya sabe, querido lector, hay personas a las que no se les da gusto con nada y a todo le encuentran motivos para estar disconformes.
Desde el filo del medio día, el presidente Enrique Peña Nieto publicó un twitt dando la noticia y agradeciendo y reconociendo el trabajo de las fuerzas armadas. Más tarde, ofrecería una conferencia de prensa para dar a conocer algunos pormenores y hacer oficial la noticia y el reconocimiento público a las fuerzas armadas de este sufrido país.
Yo pienso que es un gran respiro para el Gobierno federal ante tanta turbulencia económica. No es tapar el sol con un dedo, es una demostración de que el Gobierno federal no estaba implicado en el escape del narcotraficante y que lo estaba buscando en serio.
Faltará después de esto que el propio Gobierno federal llame a cuentas a quienes debían cuidarlo día y noche en el penal de alta seguridad del Altiplano, allá por Almoloya de Juárez.
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Oportuno como siempre, nuestro mandatario estatal no dejó pasar la oportunidad de expresar su beneplácito por la recaptura.
Eruviel Ávila Villegas expresó su reconocimiento, en su carácter de presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores, al presidente Enrique Peña Nieto y a los integrantes del Gabinete de Seguridad por la detención de Joaquín Guzmán Loera y afirmó que con esta acción queda demostrado que México es un país en donde se hace valer la justicia.
El Gobernador mexiquense destacó la labor del Gabinete federal de Seguridad y dijo que la detención es resultado de la coordinación, el trabajo de inteligencia y, sobre todo, del compromiso que tienen las autoridades para propiciar condiciones de armonía y tranquilidad en México.
Subrayó que esta acción genera confianza en las instituciones de seguridad del país y la certeza de que no hay impunidad y se actúa con todo rigor en contra de los verdaderos enemigos de la sociedad, que son los delincuentes.
Asimismo, reiteró el respaldo de los gobiernos de las 32 entidades federativas a estas acciones emprendidas por el Gobierno de la República para hacer valer el Estado de Derecho.
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Antes, al atestiguar la entrega de un donativo por 1.8 millones de pesos por parte del Gobierno de Kuwait a la Fundación Vive al 100% Mujer para la construcción de una Centro de Atención y Cuidados Integrales para hijas e hijos de mujeres sobrevivientes de violencia, el mandatario estatal reiteraría otra vez su apoyo al Gobierno federal.
Los gobiernos de las 32 entidades federativas harán equipo con la Federación para blindarse ante el entorno económico mundial y evitar afectaciones a la población, aseguró Ávila Villegas.
“Esto nos debe alertar a todos, estamos en muy buenas manos, sabemos que la reforma hacendaria, que la reforma fiscal que ha impulsado el presidente Enrique Peña Nieto tiene muy bien blindada la economía nacional. Aun así, a través de la CONAGO, que me honro en presidir, haremos equipo, trabajo en equipo para blindarnos en nuestros estados, para seguir con nuestros planes de reducción del gasto corriente, de generar economías, de hacer más con menos, de apretarnos el cinturón para que este entorno económico global, que no lo genera México, que es generado por países como, en este caso, China, no afecte a los trabajadores, no afecte a los mexiquenses: hoy expresamos nuestra solidaridad al secretario Videgaray para hacer un frente común en esta materia”, mencionó.
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Hay que hablar un poco de Gamboa Pascoe, el otro Joaquín. Gambia Pascoe fue durante años el dirigente de los trabajadores cetemistas del Distrito Federal. Por años, estuvo a la sombra de Fidel Velázquez Sánchez, de Leonardo Rodríguez Alcaine y de otros dirigentes de ese tipo que durante décadas mantuvieron un férreo control sobre los obreros mexicanos.
Falleció y con él se va toda una época del ambiente sindicalista nacional.
