IMPULSO/Agencia SUN
Ciudad de México
Iñaki es un niño sensible, amoroso, con un tremendo don para darse a querer. Le gusta el color rojo, tiene cuatro años y su momento favorito, antes de dormir, es cuando se pega tanto a su mamá, Jimena Pérez, que puede sentir su respiración.
Hace un año y medio sus padres se dieron cuenta de que no hablaba como sus demás compañeros, y aunque muchos les decían que podía ser algo normal, sabían que no, así que buscaron respuestas. Hoy saben que su padecimiento se llama: TEL (Trastorno Específico del Lenguaje).
“Los doctores nos felicitaron por insistir, decían que como papás es muy difícil aceptar que tu hijo pueda llegar a tener algo, y lo triste es que por eso o por temor al qué dirán, por no aceptar que tus hijos tengan algo diferente, les están quitando posibilidades de mejorar cuanto antes, de llevar una vida mucho mejor”, dijo la conductora de “Ventaneando” y “La voz senior” a El UNIVERSAL.
En plena mudanza a España para que su hijo reciba las terapias adecuadas, “La Choco” cuenta que como cualquier mamá, llegó a culparse por el padecimiento de su hijo, pero los médicos le dejaron muy claro que no estaba en sus manos.
“La ayuda del neurólogo ha sido básica porque una se culpa por cualquier tontería, piensas que si hubieras tomado más ácido fólico él no tendría el padecimiento y el doctor me decía que no, que así es la genética, es infinita y que en realidad no hay nada que yo pudiera hacer para que eso no ocurriera, ellos te ayudan mucho a quitarte fantasmas de la cabeza”, señaló la conductora.
El plan es que vuelen a mediados de agosto y se queden tiempo indefinido. Salir de la televisión en un momento clave en su carrera, vale 100% la pena, afirmó Jimena.
“No lo veo como sacrificio, además hay pronósticos muy positivos para Iñaki, así que es momento de actuar. Sí hablará, le costará el triple de trabajo pero lo logrará. Son terapias de años pero se emparejará con sus compañeros”, compartió.
Y aunque otros fueran los pronósticos ella lo tiene muy claro: no cambiaría a Iñaki por nada.
“Un día platicando con Rafa (Sarmiento, su esposo) le decía que si echáramos el tiempo atrás, volviera a embarazarme y esto volviera a suceder, yo no cambiaría nada de Iñaki porque estoy convencida que todos los retos que te pone la vida son para que puedas superarlos”.
En cuanto dio a conocer su situación en Ventaneando, se sorprendió de la enorme cantidad de personas que le escribieron solidarizándose con ella y su familia; también le han escrito de fundaciones y gente con hijos que tienen lo mismo que Iñaki. Ella está agradecida con todos, porque la han llenado de una fuerza que nadie imagina, y también está agradecida con Azteca y con Pati Chapoy por el apoyo recibido.
“Los voy a extrañar un montón, un pedazote de mi corazón se queda allí con Pati, toda la vida mi esposo y yo hemos confiado en ella. Cuando te apoyan con algo que tiene que ver con tus hijos y lo hacen de corazón, no hay nada que se le compare”.