IMPULSO/ Ernesto Hernández Alarcón
¿El Regreso del Imperio?
Desde que el papa Jerry Buss falleció, hace ya seis años, el imperio de los Lakers de Los Angeles ha navegado en una severa crisis. El factor más importante ha sido la disputa por el poder entre los hermanos Jeanie y Jim, misma que evidentemente gano la primera, pero que dejo severas fracturas en la cúpula de esta mítica organización. Como resultado y tal cual el famoso refrán cita: “a rio revuelto, ganancia de pescadores”, dicha coyuntura la aprovecho Kobe Bryant, para perpetuar su legado y su figura, en un acto con claros tintes de egolatría, en virtud que siguió exigiendo ser la figura central del equipo cuando sus cualidades físicas ya estaban claramente mermadas. La consecuencia: dos temporadas sin postemporada y por ende, desperdiciadas, porque ni siquiera se logro generar un prospecto que tomara la batuta de Kobe. Por supuesto, para tal efecto tenía que estar al frente del conjunto angelino un entrenador de papel, Byron Scott, predecesor de otro con características similares, Luke Walton. Después llego tal vez el mayor error o decisión de la directiva, en 2017, con la premisa de “mantener unida a la familia Laker”, contratar al “Magic” Johnson como presidente de operaciones. El legendario numero treinta y dos de los laguneros tiene una personalidad que demanda y requiere a toda costa la atención, los reflectores. Si lo hubiesen contratado como “embajador de la franquicia” o director de relaciones públicas, habría sido un gran acierto o hubiera funcionado mejor, pero contratar al Magic para dirigir un emporio detrás de un escritorio fue un pésimo movimiento, que recientemente cobro una onerosa factura (como sabemos, Johnson “dimitió” el cargo, entre claroscuros y con polémicas declaraciones de por medio con Rob Pelinka, el gerente general). El año pasado parecía que la carestía de éxito y de apariciones en postemporada llegaría a su fin, con la llegada del mejor del mundo: LeBron James, escudado por una prometedora camada de jóvenes promesas (Lonzo Ball, Kyle Kuzma, Brandom Ingram), ?el resultado? Otra campaña perdedora que al final orillo nuevamente a la directiva a tomar medidas radicales y en cierta forma desesperadas; deshacerse de la mayoría de su ya no tan prometedora cantera joven y traer, hasta ahora, a uno de los jugadores más cotizados del circuito, Anthony Davis. Ya sabemos la manera cómo se manejo la operación, tal como una película de Hollywood, con todo el tono mediático que dicha contratación tan explosiva requería. Por supuesto que es prematuro emitir conclusiones o proyecciones respecto al futuro inmediato del equipo ahora con esa súper dupla James-Davis, ya que sin duda se harán por lo menos otras dos contrataciones de alto calibre, que podría incluir a Kawhi Leonard. Por lo pronto me concentraría en analizar como funcionaria en la duela el citado binomio de James-Davis. El “King” ya no está precisamente en los albores de su juventud, cierto, vendrá mas descansado y rehabilitado que nunca para la temporada 2019-2020, en virtud que por primera vez en ocho años no participo en “play-offs”, sin embargo, a sus 34 años, tal vez sea prudente que empiece a tomar un rol de comandante y no de capitán, algo similar al rol que asumió Dwayne Wade del Miami Heat en aquel 2011 que lo invito a formar parte de los de Florida. Ese “pequeño” gran detalle será uno de los principales retos que enfrentara el nuevo entrenador de la escuadra, Frank Vogel, quien a propósito, ha sido un acierto como contratación, derivado de que es mucho más competente que Walton, Scott y de Mike DAntoni como entrenador. En esta semana, es probable que el destino del conjunto Angelino apunte hacia las estrellas, ya que han hecho una campaña agresiva para conseguir los servicios del citado Kawhi Leonard. Si el actual MVP de las finales acepta llegar con James y Davis, seremos testigos de tal vez el mejor tridente de la historia de la NBA. Abundaremos.