¿Y SI NOS HUBIÉRAMOS DESPERTADO CON LOS ARANCELES?
IMPULSO/ Teodoro Rentería Arróyave
Desde luego que le asiste la razón al presidente Andrés Manuel López Obrador, en que se ha convertido “en deporte nacional”, criticarlo a él y a su gobierno, a tal grado que si actúa está mal y si no actúa también.
En los 63 años de ejercer el periodismo, no se recordamos una campaña tan precisa y contumaz contra un gobierno federal desde su comienzo. Desde luego que existen voces y plumas que analizan con ponderación y cuando cabe admiten lo positivo de los actos de gobierno.
Con motivo de las negociaciones en las que se enfrascaron la poderosa nación del norte, o mejor dicho con el gobierno del iracundo Donald Trump, y el gobierno de nuestro país, las críticas han sido tan desproporcionadas que llegan al absurdo de decir que López Obrador y su gobierno no tuvieron dignidad, que convirtió a nuestra nación en el patio trasero de Estados Unidos, e inclusive, en transfigurarlo en “tercer país seguro”.
Tal aseveración verdaderamente desproporcionada, fue desmentida por el propio secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon, al comentar que desde luego tal estatus le interesa al presidente magnate, esa condición de ninguna manera sería aceptable y no fue tema en las conversaciones.
En toda negociación, tanto entre personas físicas, entre personas morales y más, entre naciones, entre gobiernos, se pierde y se gana. En la que nos ocupa, la amenza de Donald Trump de imponer aranceles del cinco por ciento a todos los productos mexicanos, no era una simple bravata, era, como lo calificó el propio canciller mexicano, un ultimátum del presidente de la poderosa potencia del norte.
Sí, México va a tener que cumplir con lo acordado, desde luego descartando lo de la compra de “grandes cantidades de productos agrícolas”, como lo afirmara el propio Trump.
Imposible decir que ganamos en todo, pero se logró lo más importante: cancelar la imposición de aranceles.
La pregunta del título de esta entrega, está en el aire: ¿Qué hubiera sucedido si este lunes 10 de junio hubiéramos amanecido con la imposición del 5 por ciento de arancel a todos los productos mexicanos?
Simple, la respuesta y con toda la gravedad que ello hubiera implicado, hubiera sido el desastre, el peso se hubiera ido al sótano y la Bolsa de Valores hubiera tenido las caídas que nunca antes en la historia se habrían dado; en consecuencia, entonces sí, se hubieran comido vivo a Andrés Manuel.
Bueno, hasta el peso mexicano ganó, tuvo su mejor día desde hace casi un año; se recuperó en 40 centavos, es decir se depreció el dólar.