Diciembre 24, 2024
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Puebla: un tropiezo electoral no es una derrota política

IMPULSO/María Elena Morera

(Presidenta de Causa en Común)

Aunque Barbosa ganó, la cantidad real de personas que votó por él es pequeña: únicamente lo apoyó 14% del padrón electoral.

Tras el triunfo de Barbosa y la derrota de Cárdenas en las elecciones para gobernador de Puebla, es necesario detenerse un momento para reflexionar sobre lo ocurrido. A lo largo de su campaña, Enrique Cárdenas no pudo convencer a los poblanos de votar y de que el cambio era posible, pero hizo un gran esfuerzo en acercarse y escuchar a los ciudadanos y en realizar propuestas basadas en evidencia. Cárdenas perdió la elección, pero no sufrió una derrota política, porque demostró que hay una oposición importante frente al actual régimen. Cárdenas no gobernará, pero dejó los cimientos para que todos los que le apoyamos continuemos vigilando a nuestros gobiernos y generando propuestas para mejorarlos.

Cárdenas y Barbosa representaban dos candidatos opuestos. Como mencioné en otro artículo, Cárdenas tiene una notable trayectoria personal y profesional que le distinguen de la usual clase política. Es doctor en economía por la Universidad de Yale, académico, ex rector de la Universidad de las Américas en Puebla, antiguo Director Ejecutivo del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) y, principalmente, un ciudadano comprometido con su país. Barbosa, en contraste, representa más de lo mismo. Antes de unirse a Morena, militó 23 años en el PRD. De ese partido, fue diputado federal, senador y coordinador de bancada.

Como era de esperarse, las campañas electorales de los candidatos fueron diferentes. Cárdenas optó por propuestas basadas en evidencia y por el acercamiento con la ciudadanía. Sin embargo, fue blanco de críticas y calumnias. Por ejemplo, se difundió falsamente que había sido denunciado por peculado cuando dirigía el CEEY. Además, le faltó ser más emotivo para convencer a los poblanos de ir a las urnas y un mayor acercamiento con las comunidades rurales. Barbosa, hay que reconocer, contó con más apoyo de los medios y supo ganarse las zonas rurales. No obstante, enfrenta quejas en el INE por usar símbolos religiosos, gastar más de lo reportado y contar con la presencia de funcionarios públicos en actos proselitistas. Además, publicó un póster con la leyenda “juntos busquemos la reconciliación” en el que abrazaba a una mujer, el cual resultó incómodo para los familiares y partidarios de la exgobernadora Ericka Alonso, fallecida el pasado diciembre.

Este 2 de junio, se eligió finalmente al gobernador de Puebla. En una elección en la que sólo acudió a votar 33% del electorado, Barbosa obtuvo 45% de los votos y Cárdenas, 33%. Es decir, aunque Barbosa ganó, la cantidad real de personas que votó por él es pequeña: únicamente lo apoyó 14% del padrón electoral. Pese a que Cárdenas no pudo hacer frente al abstencionismo y perdió la elección, ganó la capital poblana y las zonas urbanas. Además, hizo notable que hay un puñado de personas que es crítico de sus autoridades y que no se resigna frente a los ataques sistemáticos contra las instituciones y los derechos. Como Cárdenas mencionó tras los comicios y como yo también creo, en estas elecciones, “cientos de miles de poblanos ganamos confianza, credibilidad, esperanza (…). Logramos hacer visible que los políticos de siempre deben acercarse a los ciudadanos para poder gobernar (…). Le plantamos cara a un régimen que cada día enseña con más claridad su verdadero rostro”.

No me queda más que reconocer este triunfo de Cárdenas y de quienes le apoyamos, reconocer los errores, aprender de ellos y pedir a todos que aprovechemos la fuerza que hemos ganado para mejorar nuestra democracia y nuestro país. Hoy, nos toca reconocer a los ganadores, pero también, continuar vigilándolos, evaluándolos y generando propuestas para garantizar su mejor desempeño.

Twitter: @MaElenaMorera