IMPULSO/ Mario Melgar Adalid
Columnista
AMLO cumplió 100 días como presidente. No se tiene claro todavía a donde va su gobierno, pero hay signos de que traerá un cambio profundo. La transformación anunciada (4T) presagia tormenta, como es natural cuando se agita la atmósfera política, jurídica, burocrática, económica, social y académica de un país.
Finalmente, AMLO ha sido en la arena política, ante todo un agitador, esto es una persona que agita los ánimos. No obstante, una cosa es agitar desde la plaza pública, como agitador profesional que ha sido y otra hacerlo con el poder de que dispone y que le otorga el púlpito presidencial. Lo que no está claro es si la 4T será un cambio de tal manera trascendente, que modifique el curso de la historia patria, o si nos la vamos a pasar como en estos primeros 100 días en un estado de estupefacción. Por lo pronto, los cambios anunciados y consumados parecen más ocurrencias que programas.
Es evidente que el establishment está confrontado con el populismo (¿humanismo?) que personifica el presidente López Obrador. Hay un propósito de marcar la raya con el statu quo, de menospreciar el sistema y las instituciones que el país ha creado a través de una larga historia. Con todas sus imperfecciones es lo que México tiene, es lo que somos, es lo que se trata de cambiar, en algunos casos con razón. No obstante, lo que se ha visto es apenas las maneras, los desplantes, el estilo personal de gobernar.
No está claro hacia dónde vamos y tampoco si en el proceso del cambio participará toda la sociedad, o solamente los ganadores de las elecciones, los integrantes de la AMLOfilia, el pueblo sabio que también es listo, o si la única reforma es la que ronda en la cabeza del presidente. Además de la popularidad y aceptación del presidente (8 de cada 10 reportó EL UNIVERSAL), en otro segmento de la sociedad, existe una creciente AMLOfobia y hasta temor al presidente. Así lo indica una encuesta en twitter lanzada por Pepe Cárdenas. Estos son las respuestas a dos preguntas: 1) ¿Cómo va #AMLO a tres meses de haber llegado a la presidencia?: 21% excelente; 8% bien a secas; 7% confió en él; 64% me da miedo. 2) A los 100 días del gobierno: ¿Cómo va su gobierno?: 15% muy bien, 9% más o menos, 11% medio mal y 65% muy mal. Los resultados de las dos encuestas son consistentes.
El 64% de los encuestados tiene miedo, y 8 de cada 10 mexicanos quieren apasionadamente al presidente. Algo inusitado a lo que se estaba acostumbrado en el país, como era ver en el mandatario al villano favorito. Los presidentes en México habían sido odiados, ninguneados, ignorados, poco admirados, algunos respetados, pero nunca amados o temidos. Maquiavelo no tendría otra cosa que hacer más que felicitar al presidente López Obrador por ser temido. De sobra la conocida respuesta del político florentino a la pregunta si es mejor ser amado que temido o a la inversa. “Es más seguro ser temido que ser amado”, pero no olvidar a Francis Bacon cuando compadecía a los temerosos: “Miserable el estado de ánimo de aquel que tiene pocas cosas que desear y muchas que temer”. Hay que considerar igualmente que del temor al odio solo hay un paso.
No será posible un cambio profundo sin que se modifiquen los cimientos cuyo sostén es la Constitución Política. Por eso se habla, si bien veladamente, de una nueva Constitución. El mismo Porfirio Muñoz Ledo lo escribió en estas páginas: “Hay, sin embargo, unas (transiciones) más profundas que otras: a estas hemos dado en llamarles transformaciones. Así se evita la expresión “nueva Constitución”, que connota un cambio más radical y puede asustar un tanto a los intereses conservadores”.
El derecho, decía el filósofo Dworkin, es la expresión de cómo estamos unidos en una comunidad, a pesar de estar divididos en cuanto a otros proyectos, estrategias, intereses y políticas. En una sociedad el derecho es el eje de lo que queremos ser y lo que aspiramos a tener. El derecho es una actitud fraternal, agregaría que solidaria.
¿Irá la 4T a incursionar por esta vía, la del derecho, la que significa el respeto a las instituciones o seguiremos con las ocurrencias de cada día?
Twitter: @DrMarioMelgarAdalid