IMPULSO/ Opinión
Con esta entrega, se completa el novenario que nos habíamos propuesto dedicar a la memoria de mi hermano Fortino Ricardo, fue el triste jueves 21 de febrero cuando emprendió el viaje al éter eterno.
Grupo Nueva Radio, empresa de la que fui su creador, el inspirador de su concepto de comunicación, además de fundador, director general y socio minoritario, pero al fin socio, fue posible porque en el mismo participaron además de mi hermano Fortino, mis hijos Teodoro Raúl y Gustavo y un grupo selecto de colegas distinguidos que venían colaborando desde los tiempos del Núcleo Radio, de Grupo ACIR y del IMER.
Hacemos un paréntesis, para recordar que al Instituto Mexicano de la Radio le tocó la concesión de las transmisiones radiofónicas del Mundial de Futbol México 86. Aquí todos colaboramos, porque tomé la decisión precisa de invitar a la radio privada y concesionada a participar en la grave responsabilidad que nos había deparado nuestro paso por la radio de estado.
En aquel tiempo ya habíamos creado el Sistema Nacional de Noticiarios, que en cadena de cerca de un centenar de radiodifusoras entre las 17 del IMER, las universitarias, las culturales, las municipales, las indigenistas, las comunitarias y otras con las que habíamos firmado convenios de intercambio profesional difundíamos los informativos.
Esa gran cadena no era suficiente para el compromiso del Mundial México 86, me reuní con varios dueños de grupos radiofónicos con Paco Ibarra a la cabeza y logramos conjuntar más de 40 radiodifusoras. Fortino me ayudó a localizar al gran amigo e inmenso narrador de futbol, Ángel Fernández. El éxito fue rotundo, el público veía los partidos por la televisión, pero la narración la escuchaba en radio con Ángel Fernández.
Regresemos a Nueva Radio, en la de Pachuca fue tal el trabajo de mi hermano que logró un gran acercamientoo con todos los sectores del estado, el oficial, el empresarial y el social. Logró que el estadio de los Tuzos, que esos años se inaugurara, se nos diera la concesión de las transmisiones de los partidos en la ciudad capital Pachuca.
Antes de que se asentara Fortino en Pachuca con su hijo mayor Ricardo que lo acompañó desde un principio, los viajes eran diarios desde el entonces Distrito Federal y en otras ocasiones vivir en hoteles.
Sucedieron muchas cosas, por filtración de informaciones, un audaz ingeniero se amparó contra la concesión de la nueva radiodifusora, nos enteramos a tiempo, Fortino que ya viajaba también a Mazatlán para la instalación de la otra estación tuvo que regresar a Pachuca para en un fin de semana sacarla al aire con anuncios, porque si le concedían el amparo “audaz” sujeto las cosas se quedan como están, es decir, al aire y con anuncios. Fortino se fajó como los buenos con los ingenieros, su hijo Fortino y demás operarios. Después nos fue ratificada la concesión.
Con motivo de nuestras sesiones de consejos de la Federación de Asociaciones de Periodista Mexicanos, FAPERMEX, y Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE, que se llevarán a cabo en Culiacán, Sinaloa, interrumpimos la serie dedicado al fraterno-amigo, con la promesa de reanudarla y terminarla. CONTINUARÁ.