Noviembre 23, 2024
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FORTINO, UN SER AMOROSO, SEDUCTOR Y TRABAJADOR VI

IMPULSO/ Opinión

Si de novenarios escribimos o hablamos, es de recordarse que este sábado se cumplieron los nueve días de que nuestro hermano, Fortino Ricardo emprendió el viaje al éter eterno; hoy, a nueve días de sus exequias, recordamos emocionados y, a la vez, constritos, el envío de sus hijos Ricardo y Raúl de una foto de la urna que guarda sus veneradas cenizas, con una frase amorosa: “Papá regresó a casa”.

Sí, siempre lo recordaré amoroso y generoso, tendía la mano sin que se enterara la otra. Era muy estimado por los hombres de las carretas, en aquellos lares norteños de Sonora, precisamente en Nogales, su tierra de adopción, a los puestos de tacos no se les conoce ni como semifijos, ni carritos, sino carretas. Un día me percaté que de su casa y de la empresa salían cables.

No dije nada, por la tarde noche supe que eran para darles fluido eléctrico a las focos de las carretas de 100 o 150 watts. Los taqueros son muy famosos por sus variedades exquisitas como el “taco caramelo”; y no sólo eso, permitía además, que las carretas se guardaran en un lugar de las cocheras.

Aquella etapa de angustia, de persecución de algunos funcionarios malandrines de capacidades inferiores que no toleraron que alguien fuera capaz de renunciarle al Presidente de la República, no tanto por el temor, sino por la situación económica, puesto que me bloqueaban en toda propuesta de trabajo ya sea en el sector privado y social, no se diga en el oficial. Un día estaba feliz Fortino porque él únicamente sabía que iba a tomar posesión de un cargo en una oficina correspondiente de la Secretaría de Hacienda. Al llegar el que iba a ser mi jefe me enteró que había órdenes superiores de que no se me diera el puesto.

Pero siempre se encuentra uno a seres de honor y llenos de valentía. Exacto cuando salía del Monte de Piedad, por las calles de Palma, me encontré con un ex colaborador, quien me puso al tanto de que el Grupo Oro de radiodifusoras se había dividido en dos: Radio Grupo ACIR y Radio Fórmula, quién es el dueño del primero, pregunté, la contestación me generó optimismo, su amigo del Núcleo Radio Mil, el contador Francisco Ibarra López.

Ese mismo día fui a ver a Don Paco hasta sus nuevas oficinas, acompañado de mis queridos colaboradores, Luis Lara Ochoa, Roberto Pérez Hernández, también recién fallecido y Enrique Garay quien también emprendió el viaje al éter eterno hace algunos años. Ese mismo día fuimos nombrados por Francisco Ibarra director fundador de los Noticiarios y Comunicación Humana de su empresa, antes nos mandó a comer porque quería tener la atención de avisar del nombramiento a su Consejo de Administración. Nadie traía “un clavo”, como dije en tal ocasión para pagar la comida, Enrique que ya se había colocado en La Jornada, disparó el frugal banquete.

Avisé a la familia, toda gozosa, al día siguiente en el cafecito mañanero en un local por el rumbo de Palmas, donde se reunía Fortino con sus colegas agentes de ventas de equipo de construcción lo celebramos.

Unos días después se enteraron en Presidencia del nombramiento que me había dispensado Paco Ibarra y a nombre del Presidente el más alto funcionario de la comunicación, Fernando Garza, le “pidió mi cabeza”. El dueño de Grupo ACIR, EL SEÑOR IBARRA, así con mayúsculas, no obstante que las radiodifusoras son concesionarias, le contestó: “En mi empresa no manda ni el Presidente de la República, el único que manda soy yo”. Esa es otra historia, pera tal valentía ahora si la celebramos con Fortino, colaboradores y otros amigos con un cantinazo.