IMPULSO/Agencia SUN
Estados Unidos
Queda por verse si el domingo marcará el último partido de la carrera de Rob Gronkowski, el ala cerrada de los Patriots, quien ya tiene números de Salón de la Fama, pero mientras eso ocurre, el “Yo soy fiesta”, trata de disfrutar de la semana del Super Bowl LIII.
Cuestionado sobre su futuro en la NFL, el ofensivo dejó el signo de interrogación. “No lo sé, honestamente no sé si el domingo será mi último partido. Por ahora quiero disfrutar de la semana y olvidarme un poco del tema”, declaró Gronkowski.
El egresado Universidad de Arizona tuvo problemas durante la segunda mitad de la temporada, pero jugó bien en el campeonato de la Conferencia Americana, detallando que aún es una estrella de la Liga.
Gronk bromeó sobre la fiesta que tendrá Shaquille O’Neal, a la que piensa acudir si lo invitan. “¿Shaq tendrá una fiesta el viernes y no me invitó? Creo que tendré que cambiar de agente para acudir”, dijo el ala cerrada.
En su turno con la prensa, Tom Brady eludió la polémica como a los defensivos y ante el cuestionamiento de qué pensaba de los comentarios que hizo Nickell Robey-Coleman sobre que “ya no era el mismo quarterback de antes”, Brady señaló “bueno, no tengo mucho que agregar”.
Pero en realidad sí tuvo mucho que agregar. Con 41 años de edad, casi dos décadas como profesional y una exitosa carrera, al egresado de la Universidad de Michigan le gusta que le muestren respeto, dentro y fuera del emparrillado.
“Siempre intentas taparte los oídos de lo que se dice afuera, pero hay cosas que se cuelan y uno intenta utilizar lo que sea como motivación”, comentó el cinco veces campeón de la NFL.
En su noveno Super Bowl, Brady fue el jugador más asediado de los 106 que estuvieron disponibles en el Día de Medios.