IMPULSO/Agencia SUN
CIUDAD DE MÉXICO
A poco más de media hora para el inicio del juego entre Cruz Azul y Guadalajara, el estacionamiento del estadio Azteca tenía todavía lugares por ocupar.
Quizá sea el desabasto en gasolina, quizá sea la cuesta de enero.
“Pero ya era hora de que se esto se llenara. En otros juegos de este tipo a esta hora ya no dejan entrar carros”, dijo uno de los acomodadores del inmenso estacionamiento del coloso. “Las propinas son menos, y no se saca completo (que a veces es alrededor de 500 pesos)”, afirmó.
Los acomodadores no son los únicos afectados, también los vendedores de refrescos donde aparcan los autos.
En cuatro gasolineras que hay en Tlalpan, camino al Azteca, solo en dos, la que se ubica a la altura de la estación Villa de Cortés del Metro y la que está en la esquina del estadio, son las que han dado continuo servicio.
